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Cuando se habla de tratamientos de fertilidad, es habitual centrarse en los aspectos médicos y técnicos del proceso, dejando en un segundo plano la preparación emocional. Sin embargo, como explica Raquel Urteaga, responsable de la Unidad de Psicología Reproductiva de la Clínica Tambre, contar con un adecuado acompañamiento psicológico desde el principio del tratamiento puede marcar la diferencia en la forma de afrontar este camino lleno de retos emocionales.
¿Por qué es importante la preparación psicológica antes de un tratamiento?
El origen emocional de cada paciente varía según su situación personal. La mayoría de las mujeres que acuden a una clínica de reproducción asistida llevan años intentando concebir sin éxito, lo que suele generar un desgaste emocional significativo. Otras, en cambio, como las que buscan una maternidad en solitario o aquellas mujeres con parejas del mismo sexo, suelen llegar con menos carga emocional, pero enfrentándose a incertidumbres diferentes.
También están las pacientes que acuden a la clínica con un diagnóstico, no oncológico, que quizás conocen desde que eran jóvenes, como problemas con su reserva ovárica o en el útero.
“No es lo mismo la mujer que lleva años intentando tener un bebé y sufriendo mes tras mes el fracaso, que aquella que viene con la ilusión de formar una familia, sin afectación emocional. Es por eso que cada caso es único, y el enfoque psicológico debe adaptarse a las necesidades particulares”, explica Raquel Urteaga.
El duelo por la salud reproductiva
En el caso de aquellas mujeres que llevan años sin poder lograr el embarazo, estas “tienen que enfrentarse a un duelo por su salud reproductiva en el momento de comenzar el tratamiento. Es decir, cuando salen de esa primera consulta del ginecólogo, con las pruebas, con su historia de reproducción fallida y con un diagnóstico de infertilidad, en ese momento tienen que aceptar que tienen un problema y necesitan ayuda médica. En estos momentos ya hay un estado anímico bajo, baja autoestima, en ocasiones sienten cierto rechazo social e intentan evitar situaciones con bebés, […] Entonces surgen pensamientos del tipo: ¿por qué yo?, ¿por qué me pasa esto a mí?, me tenía que haber puesto antes, […] y se echan la culpa de haber dejado pasar el tiempo o de haber antepuesto un trabajo o una casa…, en definitiva, se autocastigan. Estas emociones, si no se abordan a tiempo, pueden dificultar el proceso y dejar una importante huella emocional de cara al futuro”, señala Urteaga.
Por todo ello, lo ideal es poder prepararse emocionalmente para un tratamiento de fertilidad justo en el comienzo. “No obstante, -continúa la experta- no todas las personas están afectadas a niveles muy intensos. Hay mujeres que tienen muchas herramientas y son muy capaces de pasar por ello sin una afectación clara, pero en otras ocasiones, se pasa realmente mal. Es un camino muy duro emocionalmente, con muchas subidas y bajadas y, a veces, si no tenemos suerte de conseguirlo a la primera o a la segunda, este camino se vuelve largo y las situaciones emocionales se complican”.
La primera consulta psicológica: ¿qué esperar?
En la primera visita, el objetivo principal es prepararnos emocionalmente para lo que está por venir. Esto es:
- Psicoeducación: este enfoque consiste en proporcionar información clara sobre el proceso, lo que reduce la incertidumbre y previene problemas mayores como trastornos de ansiedad o depresión. “En la Unidad de Psicología, desarrollamos terapias específicas para la reproducción asistida, que suelen ser breves pero muy efectivas. Nuestro objetivo es ofrecer herramientas prácticas y acompañar a la paciente desde la primera visita”, comenta la psicóloga experta en fertilidad.
- Normalizar las emociones: la clave está en que la paciente sepa qué es lo que va a empezar a suceder, qué aspectos van a ser normales en el camino (ansiedad, tristeza, etc.), para que pueda manejarlo con mayor naturalidad y no se asuste cuando vea esas subidas y bajadas emocionales, sino que aprenda a normalizarlas y sepa que va a convivir con todo ello durante un tiempo.
- Ajustar expectativas: muchas pacientes llegan con la idea de que el éxito será inmediato, pero es esencial trabajar con ellas un “optimismo controlado”, barajar todas las posibilidades, ajustando las expectativas a la realidad. No hay que caer en un optimismo irreal, sino que hay que aceptar que podría ser un proceso largo y con altibajos. Con una buena información, la mujer baja rápidamente todas esas expectativas.
- Fomentar la resiliencia: En la Unidad de Psicología Reproductiva también se enseña a las pacientes a afrontar las dificultades del camino con herramientas emocionales que les permitan continuar, incluso ante posibles fracasos. No todas las personas son igual de resilientes, pero esta es una habilidad que se entrena, y normalmente se entrena con las dificultades. En definitiva, la idea es que el psicólogo te va a ayudar a pasar este momento sabiendo que lo vas a pasar mal, que vas a llorar, que te vas a desesperar, y que todo esto forma parte del proceso, y, aun con todo esto, te acompañará para seguir. Esto es precisamente la resiliencia, que se entrena pasando por determinadas circunstancias y sobrellevando las dificultades.
Por tanto, durante la primera visita a la Unidad de Psicología Reproductiva, se ayuda a la paciente a ajustar expectativas y a comenzar a trabajar emociones que le van a ir acompañando en su camino. En Tambre, además, el resto del equipo (ginecólogos, enfermeras, auxiliares de enfermería, embriólogos, atención al paciente…) hacen, desde sus respectivas profesiones, un gran acompañamiento que también ayuda en este proceso para seguir siendo resiliente.
Los beneficios del acompañamiento psicológico
“Hace ya más de 20 años que se determinó que entre un 40 y un 60 % de las pacientes de reproducción asistida presentan sintomatología ansiosa y/o depresiva”, detalla la experta. La experiencia demuestra que las pacientes que cuentan con apoyo psicológico desde el comienzo viven el tratamiento de una manera más positiva, incluso cuando se enfrentan a resultados negativos. De hecho, hay mujeres que, pese a enfrentarse a su tercera o cuarta betaespera, comentan que el proceso se les hace más llevadero porque han aprendido a gestionarlo emocionalmente”.
A pesar de lo beneficioso del acompañamiento psicológico, aún son muchos los pacientes que no lo utilizan. Como decíamos antes, se priman las cuestiones médicas en estos procesos relegando el aspecto psicológico hasta que la sintomatología es tan intensa que les hace parar y atenderse emocionalmente.
Urteaga anima a las pacientes a considerarlo como una parte más del tratamiento: “El apoyo emocional no es un lujo, es una necesidad. Vivir el proceso acompañada puede marcar la diferencia entre sentirlo como una carga o como una oportunidad”.
En Tambre el bienestar emocional de las pacientes es una prioridad. Por eso, nuestro equipo multidisciplinar trabaja de manera conjunta para garantizar que cada mujer se sienta acompañada en todas las etapas del tratamiento, ofreciendo las herramientas para afrontar el proceso con confianza y resiliencia. Si necesitas asesoramiento personalizado para tu tratamiento de fertilidad o apoyo emocional en este camino, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través de nuestro formulario de contacto o del teléfono 91 411 61 11.