Dr. Abraham Zavala
El doctor Abraham Zavala supo desde muy joven que quería dedicarse a la medicina y encontró en la ginecología y la medicina reproductiva su verdadera pasión. Durante su formación descubrió su interés por ayudar a mujeres y parejas a lo largo de su camino hacia la maternidad, lo que lo llevó a especializarse en fertilidad.
Hoy, como parte del equipo de Tambre, aporta su conocimiento y experiencia en casos complejos como el fallo repetido de implantación o la pérdida gestacional recurrente, sino también su empatía y compromiso con cada paciente. El doctor Zavala habla de su trayectoria, lo que más valora de su trabajo y cómo en Tambre, junto a su equipo, acompaña a cada persona con un enfoque integral, humano y cercano.
Ginecólogo Especialista en Fertilidad
- Licenciatura en Medicina – Universidad Anáhuac de Mérida (México) y Externship en UCSF Hospital en Oakland, California (USA)
- Especialidad en Ginecología y Obstetricia – Hospital Ángeles del Pedregal (Ciudad de México) y Homologación de Especialista en Hospital Universitario San Juan de Alicante (España)
- Máster Universitario en Medicina y Genética de la Reproducción Asistida Humana – Universidad de Elche, Hospital Vistahermosa (Alicante,) Hospital La Vega (Murcia)
- Máster Oficial en Metodología de la Investigación Médica – Universidad Int. La Rioja
- Profesor Asociado en Especialista Universitario en Reproducción Asistida Humana 2ª edición – Universidad de Almería
“Cada ciclo de una paciente es una oportunidad para crear vida, y eso es algo que nunca deja de emocionarme”
Conoce un poco más sobre mí
Desde muy joven, supe que quería dedicarme a la medicina. El reto que suponía, la dedicación que exigía y la tradición de medicina fueron los valores que generaron esa atracción por estudiar medicina. Mi pasión por la ginecología surgió durante mi rotación hospitalaria, cuando tuve la oportunidad de asistir a un parto por primera vez. Fue una experiencia que cambió mi vida y despertó en mí un profundo deseo de ayudar a las mujeres en todas las etapas de sus vidas.
La especialización en fertilidad vino durante la residencia. Siempre que podía iba a la Unidad de Reproducción de mi hospital. Pasaba tiempo en el laboratorio, observaba los gametos a través del microscopio y miraba las punciones y transferencias embrionarias. Todo esto generaba una inmensa curiosidad profesional, de la mano de mi deseo de ayudar a las parejas a cumplir su sueño de ser padres. Saber que uno puede marcar la diferencia en la vida de las personas, ayudándoles a formar una familia, es lo que me motiva cada día.
La idea de ayudar a familias a tener hijos generó en mí un sentimiento tan maravilloso que hizo muy fácil tomar la decisión de seguir este camino. Hoy, muchos años después, estoy convencido de que fue la mejor opción, y sigo sintiendo la misma pasión que sentí el primer día.
Lo más destacable de Tambre es su enfoque integral y personalizado hacia cada paciente. El equipo no solo está compuesto por profesionales altamente calificados, sino que también se caracteriza por su empatía y dedicación. Nos esforzamos por crear un ambiente de confianza y apoyo, donde cada paciente se sienta escuchado y acompañado en cada paso del proceso. Los pacientes pueden confiar en Tambre porque combinamos la última tecnología con un enfoque humano y cercano, lo que nos permite ofrecer tratamientos de alta calidad adaptados a las necesidades específicas de cada persona.
Tambre es la mezcla perfecta de tradición, experiencia e innovación, que se traducen en muchos años de saber hacer y una vocación por brindar las últimas tecnologías al servicio de las familias que quieren tener hijos.
Cada ciclo es una oportunidad para crear vida, y eso es algo que nunca deja de emocionarme. Sin embargo, las áreas de fallo repetido de implantación y la pérdida de gestación recurrente son áreas especialmente desafiantes, ya que implican abordar situaciones donde los tratamientos previos no han logrado los resultados deseados, y los pacientes pueden sentirse desesperanzados. Trabajo estrechamente con mis pacientes para identificar las causas subyacentes y desarrollar planes de tratamiento personalizados que aumenten sus posibilidades de éxito. Poder acompañar a estas parejas en un momento tan delicado y, finalmente, ayudarles a lograr un embarazo exitoso es increíblemente gratificante.
Recuerdo perfectamente mi primera beta positiva. Fue un momento increíblemente emotivo, no solo para los pacientes, sino también para mí como médico. A pesar de que he tenido la suerte de ver muchos resultados positivos desde entonces, nunca me he acostumbrado a ellos. Cada beta positiva es un recordatorio de por qué hago lo que hago. Es un momento de alegría compartida que me llena de energía y me recuerda la importancia de mi trabajo.
Por último , y esto ya es una percepción personal, no todos los profesionales del sector brindan un tratamiento cercano y humano a las pacientes en este camino tan arduo.
Uno de los mayores retos es gestionar las expectativas y el impacto emocional que puede tener el tratamiento de fertilidad en los pacientes. La infertilidad puede llegar a ser un camino difícil para algunas personas, lleno de incertidumbres, y es crucial ofrecer no solo un tratamiento médico eficaz, sino también un apoyo constante. A veces, los resultados no llegan tan rápido como nos gustaría, y es en esos momentos cuando mi papel como médico se extiende más allá de lo clínico, ofreciendo empatía, comprensión y aliento.
Cada Navidad, cuando recibo su tarjeta y veo a su nena, nuestra gran luchadora, me emociona muchísimo porque en este trabajo los caminos más arduos son los más satisfactorios.
Creo que esta profesión, es una profesión en la que si bien, hay muchos resultados positivos que me han marcado, también los casos negativos nos marcan y presentan retos para nuestra práctica. Hay un caso en particular que me viene a la mente. Era una pareja que había pasado por varios tratamientos fallidos en varios países, antes de venir a nuestra clínica. Estaban al borde de perder la esperanza, pero juntos diseñamos un plan personalizado. Tuvimos inicialmente un embarazo bioquímico, pero al siguiente intento finalmente resultó en un embarazo exitoso. Ver la emoción y la gratitud en sus rostros cuando recibieron la noticia fue un momento que nunca olvidaré. Me siento especialmente orgulloso de haber podido acompañarlos en su camino y ver cómo, a pesar de los obstáculos, lograron formar la familia que tanto deseaban.
El aspecto más gratificante es, sin duda, la alegría que sienten las parejas cuando finalmente logran el embarazo. Saber que he podido contribuir a cumplir su sueño de formar una familia es una recompensa inmensa. Además, me conmueve profundamente recibir fotos o cartas de agradecimiento después de que nace el bebé, ya que es un recordatorio tangible del impacto positivo que mi trabajo puede tener en la vida de las personas.
Es fundamental encontrar un equilibrio entre la empatía y la fortaleza emocional. Me mantengo fuerte recordando que mi papel es acompañar y guiar a los pacientes a través de un proceso que puede ser muy duro. A la vez, mantengo mi empatía al recordar que cada paciente es único y que sus emociones y experiencias son válidas. Mantener un enfoque centrado en el paciente y apoyarme en un equipo multidisciplinario me ayuda a mantenerme resiliente y disponible para quienes más lo necesitan.
En mi tiempo libre, disfruto de actividades que me ayudan a desconectar y recargar energías, como pasar tiempo con mi familia, leer, y pasar tiempo al aire libre. Me encanta también viajar y explorar nuevas culturas, ya que me ofrece una perspectiva diferente y refrescante.