Dr. Héctor Izquierdo
Su vocación por la medicina le llegó desde pequeño. Llegó a la medicina reproductiva con la convicción de ayudar a otras personas a lograr formar su familia y tener hijos con ayuda de la ciencia. El doctor Izquierdo destaca que Tambre une la tradición, la experiencia y la innovación con el deseo de la institución por brindar las últimas tecnologías.
Ginecólogo Especialista en Fertilidad
- Licenciado en Medicina y Cirugía, Universidad del Valle y Universität Heidelberg 2011.
- Especialista en Ginecología y Obstetricia Universitätsklinikum Würzburg 2011-2016.
- Máster en Reproducción Humana por la Universidad de Salamanca 2015-2016.
- Psicoterapia y atención aguda del paciente Universität Würzburg 2016-2017.
- Diagnóstico ecográfico e invasivo de Mama Universität Heidelberg 2017-2018.
- Curso en genética clínica 2020.
- Trabajo en reproducción asistida desde 2015.
“Tenemos el privilegio de cambiar vidas y eso es súper gratificante, me ilusiona siempre dar la noticia de un embarazo”
Conoce un poco más sobre mí
Cuando estaba aún en el colegio tuve la oportunidad de hacer una pasantía con un ginecólogo en el hospital y fue amor a primera vista. La obstetricia y el cuidado de la mujer fue algo por lo que sentí tanta pasión que inicié la carrera de medicina con la convicción absoluta de ser ginecólogo después. Una vez en la residencia tuve desde muy pronto la oportunidad de rotar por el departamento de fertilidad y en esas primeras experiencias fue claro cual sería mi camino.
La idea de ayudar a familias a tener hijos generó en mí un sentimiento tan maravilloso que hizo muy fácil tomar la decisión de seguir este camino. Hoy, muchos años después, estoy convencido de que fue la mejor opción, y sigo sintiendo la misma pasión que sentí el primer día.
Cuando se toma la decisión de realizar un tratamiento de fertilidad, los pacientes se encuentran en una posición muy frágil y desean tener a su mano un equipo que les ayude a superar esos miedos e incertidumbres. En ese contexto, Tambre, con más de 40 años de experiencia y un equipo con una formación tan exhaustiva, brinda a los pacientes la seguridad que necesitan.
Tambre es la mezcla perfecta de tradición, experiencia e innovación, que se traducen en muchos años de saber hacer y una vocación por brindar las últimas tecnologías al servicio de las familias que quieren tener hijos.
La recuerdo como si fuera ayer y es más, dentro de mi actuar médico me gusta tener una relación muy cercana con mis pacientes, lo que me lleva a seguir en contacto con ellos por mucho tiempo. Al final, junto con mi equipo, tengo el privilegio de cambiar vidas de familias y eso es super gratificante. Nunca me acostumbro y cada beta positiva, cada logro en el camino de cada familia, me sigue generando la misma ilusión. No me canso de ser un vehículo para brindar tanta felicidad a tanta gente.
Primero, un sistema sanitario que no prioriza la fertilidad y la familia en sus intervenciones, lo que hace que sea muy difícil para los pacientes obtener incluso información al respecto. Segundo, el esfuerzo financiero que esto supone, pues no contamos con la ayuda del sistema sanitario para ello. Tercero, no todos los centros y especialistas tienen la formación o el equipamiento adecuado para ayudar de forma adecuada a las pacientes.
Por último , y esto ya es una percepción personal, no todos los profesionales del sector brindan un tratamiento cercano y humano a las pacientes en este camino tan arduo.
Una historia que me ha marcado es la de una pareja muy joven, de 26 y 30 años, que llevaban 5 años intentando hacer un tratamiento, ella con un SOP (síndrome de ovario poliquístico) y él con una azoospermia (no tenía espermatozoides). Eran pacientes que en su país de origen habían sido declarados estériles. Y nosotros, con tratamiento y mucho esfuerzo, logramos generar un único embrión que transferimos y hoy en día es una nena preciosa.
Cada Navidad, cuando recibo su tarjeta y veo a su nena, nuestra gran luchadora, me emociona muchísimo porque en este trabajo los caminos más arduos son los más satisfactorios.
Verles volver a la clínica con un nene o nena en brazos es un sentimiento tan sobrecogedor y bonito al que nunca me acostumbraré, verles tan plenos con el amor de su vidas en brazos me llena inmensamente.
Haciendo mucha terapia yo mismo, liberándome de egos y narcisismos que no son buenos, y entendiéndome como un vehículo de un bien mayor. Dando el cien por cien de mi a cada paciente y aceptando que tan meritorios son los logros como los fallos. En conclusión, recordando cada día que somos humanos y que no todo lo podemos, pero agradeciendo inmensamente eso que sí logramos.
Soy padre de una nena pequeña, que también nació de un tratamiento de fertilidad. Mi tiempo libre lo dedico enteramente a ella que es mi mayor motivación y que me recuerda que la familia para mi es lo más importante.