Dra. Laura García

Siempre he sido una persona muy empática, que se preocupa mucho por ayudar a los demás. Sabía que mi vocación era ayudar a otras personas, y cuando mi hermana mayor empezó Medicina, me di cuenta de que yo también quería ser médico.

En la especialidad de Ginecología, rápidamente vi que mi mejor faceta como ginecóloga sería en reproducción. Siempre supe que quería tener hijos, y me preocupaba pensar que había personas que no conseguían con facilidad quedarse embarazadas.

Destaco el trato humano y cercano de todo mi equipo. La implicación de cada uno de nosotros desde el principio hasta el final del proceso de cada uno de nuestros pacientes, hasta que conseguimos tener el resultado positivo.

Recuerdo el comentario de un ginecólogo que me gustó. Me dijo: “me hace feliz traer niños al mundo (asistir a los partos), pero más feliz aún me hace ayudar a las mujeres a conseguir un embarazo deseado”. En mi caso, cada vez que tengo una beta positiva se me dibuja una sonrisa y tengo un día de mucha alegría.

La confianza y el que no pierdan las energías de continuar con el procedimiento hasta conseguirlo. Somos una sociedad que no tolera las frustraciones, y la sociedad de la inmediatez. Entonces cuando algo se pone difícil, nos preocupamos y nos entran incluso ganas de abandonar.

Tengo especialmente uno en la mente. Es una paciente que viene de la otra parte del mundo, de Canadá, que arrastraba durante muchos años un problema severo en el útero y hemos conseguido que pueda tener a su bebé. Es un caso especialmente bonito para mí porque fue una de mis primeras pacientes internacionales, con lo difícil que es poder transmitir confianza, empatía y seguridad en pacientes que están en otro continente.

Adoro estar con mi familia, pasear, ir a la playa, descansar, disfrutar de una buena comida y de un buen vaso de vino. Me encanta disfrutar de la calma y de los momentos tranquilos. Cuando mi agenda me lo permite, ¡me encanta viajar!