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“Mi tratamiento de donación de óvulos suponía renunciar a tener hijos con mi genética, pero el amor es mucho más fuerte que todo”
Las historias reales de cada uno de nuestros pacientes son inspiradoras. Todas son caminos de superación para lograr el sueño más preciado, lograr el embarazo y estrechar en sus brazos a su bebé. Y muchas de ellas se escriben gracias a la generosidad de otras personas que han donado óvulos, espermatozoides o ambos, para hacer posible lo que otras mujeres, y parejas desean.
La de Natacha es una de esas historias de superación que la convirtió en madre por ovodonación.
Especialistas en casos complejos
Nuestra paciente empezó en Francia su camino. Después de varios fracasos en su país, confió en la medicina reproductiva avanzada especializada en casos complejos de Tambre, y hoy es la orgullosa madre de dos criaturas. Dos maravillosas niñas que llegaron a su vida a pesar de que los pronósticos no eran alentadores tras quedar sin sus dos trompas de Falopio, y con la incógnita si sería posible lograr un embarazo sin las trompas de falopio, y con una reserva ovárica agotada.
También es un camino lleno de generosidad por su parte, porque tras un proceso de infertilidad de más de una década, decidió escribir un libro en el que plasmar sus experiencias, con el propósito de que otras mujeres y otras parejas como la suya lo tengan más fácil.
Madre tras dos embarazos ectópicos
Su historia de infertilidad comenzó en junio de 2001, cuando sufrió su segundo embarazo fallido. El primero había sido un embarazo ectópico, por el que le extirparon una trompa; luego tuvo un segundo embarazo, también extrauterino, por el que le extirparon su segunda trompa. Sólo tenía 24 años y un pronóstico devastador. “Con 24 años me quedé estéril”, cuenta Natacha.
“Con 24 años me quedé estéril”
En ese momento decidió que no iba a renunciar a su deseo de ser madre y es cuando inició su recorrido por la reproducción asistida. Se sometió a varias FIV que no fueron exitosas y tras varios intentos recibió un jarro de agua fría: su médico le explicó que su reserva ovárica estaba agotada.
Una FIV con ovodonación
Sin embargo, había soluciones y su ginecólogo le habló de un tratamiento del que nunca había oído hablar, la FIV con donación de ovocitos, “era algo que yo no conocía. Me explicó en qué consistía y tras estudiarlo y pensarlo decidimos hacer el tratamiento con donación de ovocitos”.
De Francia a Tambre Madrid
Desde el primer momento, Natacha tuvo claro que su esterilidad le iba a impedir tener hijos con sus propios ovocitos, “sabía que renunciaba a tener hijos con mi genética, pero el amor es mucho más fuerte que todo”, confiesa.
Entonces, decidió viajar de su Francia natal hasta la Clínica Tambre de Madrid y empezar el tratamiento de reproducción asistida en Tambre, por su larga trayectoria en tratamientos de ovodonación y unas de las tasas de éxito más elevadas. A Natacha la atendió la directora médica de Tambre, la doctora Laura García de Miguel, francoparlante y que junto a su equipo ofreció a Natacha y su pareja toda la información.
Conocieron el exhaustivo proceso de la donación de óvulos y los detalles del tratamiento. En España la donación es anónima, por lo que no es posible ofrecer ninguna información de la donante. El proceso exhaustivo que desarrolla Tambre para encontrar a la donante ideal, las pruebas que se realizan y la seriedad y seguridad de los procesos tranquilizaron a Natacha y su marido.
“Nos acogieron y nos lo explicaron todo”, relata Natacha, quien confiesa que todas las explicaciones y el cariño recibido en Tambre les tranquilizó mucho. Así que estaban totalmente convencidos y con la información precisa del tratamiento que iban a desarrollar. “Nos fuimos con todos los análisis y los protocolos claros y necesarios para comenzar mi FIV”, recuerda.
Terapias alternativas como apoyo
A algunas mujeres, compatibilizar su tratamiento con otras terapias alternativas les ayuda a afrontarlo mejor. Y es lo que le ocurrió a Natacha. “Tenía un bloqueo y me di cuenta de que mi cuerpo estaba muy tenso”. Una de sus alternativas fue la acupuntura, una terapia que en Tambre se ofrece a los pacientes antes de la transferencia de los embriones que en muchos casos es de gran ayuda.
El primer embarazo fue una alegría inmensa. Y dos años después la pareja volvió a repetir su experiencia y logró su segundo embarazo en Tambre. Con dos años de diferencia, Natacha dio a luz a sus dos hijas. “Hoy somos los orgullosos padres de dos maravillosas niñas con Clínica Tambre gracias a la donación de ovocitos”, explica llena de alegría.
“Hoy somos los orgullosos padres de dos maravillosas niñas con Clínica Tambre gracias a la donación de ovocitos”
De la esterilidad a la maternidad
“Con esta experiencia decidí escribir un libro testimonial titulado:“15 años para ser madre. Mi testimonio sobre la infertilidad. Mi combate desde la esterilidad a la maternidad”, con el que desea ayudar a otras mujeres y parejas cuando el camino a la maternidad se complica. “15 años es un largo recorrido y quiero con este libro ayudar a otras parejas que atraviesa por situaciones de esterilidad y de infertilidad para acompañarlas”.
Natacha confía que su historia de superación y constancia ayude a otras mujeres que, como ella, necesitaron de la ayuda de la reproducción asistida para lograr su sueño de ser madre. Y en Tambre los sueños tienen nombre propio.