Marta Manzanares

Poder ayudar a todas las familias a conseguir el sueño de ser padres. Siempre he pensado que un hijo es el regalo más grande que te puede hacer la vida, y formar parte de este proceso es totalmente gratificante. La reproducción asistida llegó a mi durante mis estudios universitarios, y según fui descubriendo este mundo, quise seguir avanzando y aprendiendo más de él.

Cuando los pacientes son capaces de valorar y agradecer el duro trabajo realizado dentro del laboratorio.

Creo que, en nuestro papel como comunicadores a lo largo de la evolución de los embriones, hay que ser empático y a la vez claro. Son tratamientos con mucha carga emocional para los pacientes y un proceso con mucha incertidumbre donde hay que valorar el día a día.

No tengo ninguna experiencia puntual marcada, sí que es verdad que en los casos de los pacientes que han tardado más en conseguir su deseo reproductivo, cuando llega el momento de un embarazo o nace su recién nacido, ese buen resultado es más conmovedor.

Compagino el trabajo como embrióloga, con el mundo del deporte. De modo que mis ratos libres los paso como jugadora de voleibol y entrenando a niños a este mismo deporte.