Índice de contenido
Si estás en pleno tratamiento de fecundación in vitro (FIV) y te han dicho que van a congelar tus embriones, es normal que te surjan mil preguntas: ¿Por qué no los transfieren ya? ¿Esto puede afectar a mis posibilidades de quedarme embarazada? ¿Es seguro para los embriones? Congelar los embriones es algo muy común y, en la mayoría de los casos, es una decisión que se toma para aumentar las probabilidades de éxito del tratamiento.
Vamos a explicarte, de forma sencilla, por qué a veces es necesario congelar los embriones y cómo este proceso no solo es seguro, sino que puede ser la clave para cumplir el sueño de tener un bebé, incluso varias veces.
¿Por qué congelar embriones?
Durante un tratamiento FIV, después de la estimulación ovárica, de la punción y de la fecundación de los óvulos, se pueden obtener varios embriones que podemos mantener en cultivo durante no más de 6 días. Si no es posible transferirlos en ese tiempo, podemos criopreservarlos para utilizarlos en el futuro.
¿Cuáles son las razones más habituales para congelar embriones?
- Cuando no es posible hacer la transferencia en el mismo ciclo de la estimulación: Puede que tu cuerpo aún no esté preparado para recibir al embrión en ese momento. Por ejemplo, si el endometrio no está receptivo porque no ha engrosado lo suficiente, o si existe el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica. En estos casos, lo mejor es cancelar la transferencia embrionaria, congelar los embriones y esperar al siguiente ciclo.
- Embriones sobrantes: Después de transferir un embrión en fresco, los sobrantes pueden guardarse para futuros intentos o para ampliar la familia más adelante.
- Diagnóstico genético preimplantacional (DGP): Si es necesario realiza una biopsia para analizar los embriones, tendremos que congelarlos, ya que los resultados pueden tardar varios días.
- Sincronización en ovodonación: En tratamientos con de donación de óvulos es posible que la donante y la receptora no tengan sus ciclos sincronizados, por lo que los embriones conseguidos se vitrifican hasta que llegue el momento adecuado para realizar la transferencia.
Ventajas de la congelación de embriones
La vitrificación de embriones ha permitido optimizar los tratamientos de FIV al máximo. De este modo, si el endometrio no está preparado, si hay riesgo de hiperestimulación o cualquier otra circunstancia que pueda dificultar el embarazo, podemos cancelar la transferencia y congelar los embriones hasta que se den las condiciones óptimas que aumenten las probabilidades de éxito. Gracias a esto, en los últimos años ha aumentado la tasa de embarazo acumulada, es decir, la tasa de embarazo por punción con un solo ciclo de estimulación ovárica.
Al poder congelar los embriones para siguientes intentos, el desgaste físico y emocional es mucho menor para las pacientes, ya que disponen de sus embriones sin tener que volver a pasar por todo el proceso de medicación hormonal con el consiguiente impacto en su bienestar físico y emocional.
Además, la vitrificación embrionaria también ha contribuido a reducir la tasa de embarazo múltiple, ya que podemos transferir los embriones de uno en uno y preservar cuidadosamente los demás para futuras oportunidades.
Otra de las grandes ventajas de poder congelar los embriones, es que es posible planificar mejor la maternidad, algo muy necesario en mujeres con cáncer u otras patologías que obligan a posponer el embarazo.
Todas estas ventajas son posibles gracias a la técnica de vitrificación, que nos ofrece una tasa de supervivencia de los embriones que supera el 90%.
¿Qué es la vitrificación embrionaria?
La vitrificación de embriones ha permitido optimizar los tratamientos de FIV al máximo. De este modo, si el endometrio no está preparado, si hay riesgo de hiperestimulación o cualquier otra circunstancia que pueda dificultar el embarazo, podemos cancelar la transferencia y congelar los embriones hasta que se den las condiciones óptimas que aumenten las probabilidades de éxito. Gracias a esto, en los últimos años ha aumentado la tasa de embarazo acumulada, es decir, la tasa de embarazo por punción con un solo ciclo de estimulación ovárica.
Al poder congelar los embriones para siguientes intentos, el desgaste físico y emocional es mucho menor para las pacientes, ya que disponen de sus embriones sin tener que volver a pasar por todo el proceso de medicación hormonal con el consiguiente impacto en su bienestar físico y emocional.
Además, la vitrificación embrionaria también ha contribuido a reducir la tasa de embarazo múltiple, ya que podemos transferir los embriones de uno en uno y preservar cuidadosamente los demás para futuras oportunidades.
Otra de las grandes ventajas de poder congelar los embriones, es que es posible planificar mejor la maternidad, algo muy necesario en mujeres con cáncer u otras patologías que obligan a posponer el embarazo.
Todas estas ventajas son posibles gracias a la técnica de vitrificación, que nos ofrece una tasa de supervivencia de los embriones que supera el 90%.
¿Cómo se realiza la transferencia de los embriones congelados?
A la hora de transferir el embrión debemos asegurarnos de que el útero está preparado para recibirlo. Para ello, podemos optar por dos procesos, dependiendo de cada caso:
Transferencia de embriones congelados en ciclo artificial o sustituido
Este método es ideal para mujeres que no ovulan de manera regular. Consiste en administrar, desde el inicio de la menstruación, por vía oral o en parches la medicación con estrógenos y progesterona para preparar el endometrio.
En los días previos a la criotransferencia, también será necesario administrar óvulos de progesterona por vía vaginal. Esta medicación se mantendrá hasta la semana 10-12 de embarazo.
Una vez que hemos comprobado que el endometrio está receptivo, es el momento de descongelar el embrión y transferirlo al útero.
Transferencia de embriones congelados en ciclo natural
En mujeres con ciclos menstruales regulares, podemos aprovechar su ciclo natural. De este modo, la preparación del endometrio se consigue a través de los estrógenos y progesterona producidos naturalmente por el folículo ovárico en crecimiento durante dos semanas, aproximadamente. Cuando detectamos mediante ecografía que va a tener lugar la ovulación, administramos una inyección única de HCG y comenzamos también con la administración de óvulos de progesterona por vía vaginal, que se mantendrán hasta el final del primer trimestre de embarazo. Una semana después de la ovulación, se realiza la transferencia, ya que es el momento en el que el endometrio está más receptivo.
La tasa de supervivencia en los embriones desvitrificados depende tanto de la viabilidad del embrión y tolerancia a los procesos de congelación y descongelación, así como del cumplimiento de estos procedimientos previos a la transferencia establecidos en los protocolos.
En definitiva, la vitrificación embrionaria es una técnica segura y, como hemos visto, nos ofrece múltiples ventajas que aumentan las probabilidades de éxito del tratamiento FIV.
Si tienes dudas sobre la congelación de embriones o necesitas asesoramiento personalizado para tu tratamiento de reproducción asistida, el equipo de la clínica Tambre está aquí para ayudarte. Contamos con expertos que te acompañarán en cada paso del proceso, resolviendo tus inquietudes y garantizando que tomes las decisiones más informadas. No dudes en ponerte en contacto con nosotros y solicitar ahora una primera consulta en Tambre. Queremos ayudarte a hacer realidad tu sueño de formar una familia.