Raquel García Panadero

Haber estudiado biología sanitaria se lo debo a la mejor profesora de biología que tuve en el instituto con 15 años. Explicaba todo con dibujos y mucha pasión, y sobre todo me inspiró a desarrollar mi razonamiento científico.

Me considero una persona muy versátil y me gusta poder brindar mi ayuda en ambos laboratorios, voy rotando semanalmente entre ambos equipos según las necesidades del laboratorio y para que ello sea posible es necesario una muy buena organización.

Lo más gratificante es saber que nuestro papel en el laboratorio como embriólogas es fundamental para conseguir ese embrión in-vitro que llegará a ser el futuro bebé que tanto ansían nuestros pacientes. Ver como cumplen su sueño y contribuimos directamente a que se haga realidad.

Pues es difícil, empatizamos mucho con las pacientes y nos gustaría que a todas ellas les vaya bien en su ciclo, pero no siempre las noticias que damos son buenas. Intentamos dar la información de lo que ocurre en el laboratorio de forma realista, siempre con tacto y empatizando con ellas y manteniendo la positividad.

Recuerdo un caso complicado en el que una paciente con ya muy baja reserva ovárica y más de 40 años, deseaba conseguir la última voluntad de su difunto marido, una descendencia con sus propios gametos. Estuve implicada en el proceso del traslado del semen del marido hasta nuestro laboratorio y en contacto con la paciente durante todo el proceso, siendo sus ojos de cara a todo lo que iba ocurriendo en el laboratorio.

Aprovecho mis ratos libres para hacer deporte, me gusta también pintar y leer, pero sobre todo adoro los planes con amigos, descubrir nuevos restaurantes o escapadas a la montaña con ellos.