El concepto acerca de la utilización de óvulos y embriones frescos o congelados ha cambiado drásticamente en los últimos años gracias al avance en las técnicas de congelación.
De mediados de los años 80 data el primer recién nacido vivo tras la utilización de la congelación embrionaria. Por entonces se utilizaba la llamada ‘Congelación Lenta’. Poco a poco se han ido perfeccionando los métodos de criopreservación de óvulos hasta la llegada de la “Vitrificación” de óvulos, también llamados ovocitos, consistente en una congelación ultra rápida, que a diferencia de los anteriores, logra que no se formen cristales en el interior de las células y por tanto se aumenta la supervivencia de éstas a la descongelación. En 1999 se publicó el primer embarazo tras la utilización de ovocitos vitrificados.
Con este método las tasas de supervivencia a la descongelación son más altas y se logra alrededor de un 90 % en los embriones y de un 80 % en los ovocitos además de asegurar la viabilidad de aquellos que sobreviven.
El concepto acerca de la utilización de óvulos y embriones frescos o congelados ha cambiado drásticamente en los últimos años gracias al avance en las técnicas de congelación.Varios grupos de trabajo han publicado sus resultados comparando series de tratamientos de donación de óvulos en fresco versus vitrificados, por lo que se ha visto que las tasas de fecundación in vitro, división y calidad embrionarias no se ven afectadas por la vitrificación y las tasas de embarazo y recién nacido vivo no muestran diferencias en los dos grupos.
Además, la utilización de óvulos de donante congelados tiene sus ventajas frente a óvulos frescos, ya que no hace falta sincronizar la preparación del útero de la receptora con la donante. En el momento adecuado para la receptora, la podemos preparar con un tratamiento hormonal sustitutivo y en menos de 15 días haber realizado la transferencia. En el caso de donación en fresco se necesita aproximadamente un mes y medio de preparación, además de la posible espera hasta que la donación se produzca. Como desventaja, el número de ovocitos puede disminuir respecto al número inicial dadas las tasas de supervivencia, que aunque son muy altas, algún óvulo puede que no sobreviva a la descongelación. Dicho esto, podemos ofrecer este tipo de tratamiento de reproducción asistida dando a los pacientes ambas opciones y ellos pueden elegir la más adecuada a su situación.
Asimismo, existen otros tratamientos de reproducción asistida en los que podemos beneficiarnos de la posibilidad de vitrificar los óvulos:
- La preservación de la fertilidad en mujeres con diagnóstico de enfermedades cancerígenas que requieran la extirpación de los ovarios para su curación o que vayan a ser sometidas a un tratamiento quimioterápico o radioterápico y que éste pueda afectar a la futura capacidad reproductiva de los óvulos. La preservación de la fertilidad también se puede realizar en mujeres sanas que se planteen retrasar la maternidad por motivos propios (sociales, profesionales, ausencia de pareja, etc).
- La acumulación de óvulos en pacientes con baja respuesta ovárica a la estimulación.
- Para aquellas parejas o pacientes que no acepten la congelación embrionaria. Se pueden congelar los óvulos sobrantes que no se han sometido a fecundación para un futuro tratamiento reproducción asistida en el caso de que no haya habido embarazo o incluso para utilizarlos en el futuro con el deseo de tener más hijos.
En los centros de fertilidad los resultados en estos casos dependerán de la calidad de los óvulos. Hay que tener en cuenta que esta puede disminuir con la edad de la mujer (sobre todo a partir de los 35 años) y también puede estar afectada en algunos casos de patología que produzca infertilidad en la mujer.
Somos una clínica de reproducción asistida con más de 40 años de experiencia en ofrecer soluciones a los problemas de fertilidad.
Dra. Elena Santiago Romero
Ginecóloga en Clínica Tambre.