Los antecedentes familiares y por supuesto todos aquellos problemas hereditarios que puedan influir no solo en una menor fertilidad de la pareja, sino también en una mayor tasa de abortos espontáneos o en un mayor riesgo de malformaciones o discapacidades en la descendencia. Estos tres problemas, además suelen estar relacionados.
A modo de ejemplo podemos citar el caso de la fibrosis quística. Para desarrollarla es preciso haber heredado una alteración genética tanto del padre como de la madre. Pero un varón sano con un familiar afecto de fibrosis quística tiene un riesgo elevado de haber heredado la alteración solo de uno de sus padres y, por tanto, no manifestar la enfermedad completa, pero sí padecer esterilidad por obstrucción de sus conductos diferentes. En tales casos además se haría necesario realizar un estudio a su pareja pues en caso de ser también portadora, y por tanto completamente sana, habría un riesgo elevado de que sus hijos heredasen la alteración de ambos y sufriesen fibrosis quística.
Los ejemplos e enfermedades que tienen este tipo de herencia o similar son muy numerosos y pueden influir también en un mayor riesgo de abortos precoces. Por ello es importante reseñar en la entrevista inicial cualquier enfermedad hereditaria, del tipo que sea, que padezca algún familiar, aunque sea lejano.
A veces no se es consciente del carácter hereditario de algunas enfermedades ya que los individuos con la enfermedad son mucho menos frecuentes –en ocasiones solo un caso en la familia- que los portadores sanos. Por tanto, es conveniente indicar cualquier enfermedad conocida de cualquier familiar. Igualmente es importante registrar si hay casos conocidos en la familia con problemas de esterilidad, de abortos de repetición o de nacimiento de niños con malformaciones o fallecidos al poco de nacer.
Junto a las anteriores, algunas enfermedades que contribuyen en la esterilidad, como la endometriosis o los ovarios poliquísticos si bien no son hereditarios en sí en cuanto que no tienen un patrón hereditario conocido, sí que presentan cierta agregación familiar, siendo, por ejemplo, en el caso de la endometriosis, siete veces más frecuente en las hijas de madres con endometriosis que en la población en general. Por ello cualquier antecedente conocido de patología o intervención ginecológica en alguna mujer de la familia debe también ser comentado. Igualmente debe reseñarse cualquier complicación del embarazo en familiares cercanos.