Los cambios en el cuerpo durante el embarazo son muchos, los más notorios son la ausencia de regla, amenorrea, y el aumento de peso.
La regla va a desaparecer al menos durante nueve meses. En las mujeres que opten por alimentar a su bebé con leche materna, la amenorrea, por lo general, se prolonga hasta que terminemos con la lactancia natural.
El aumento de peso comenzará a ser evidente a partir del segundo trimestre de gestación, el abdomen empieza a crecer de forma más notoria a partir de la semana 12. Lo recomendable en una gestación única es coger entre 9 y 12 kilos; es importante el seguimiento del peso mes a mes para ir controlando el aumento y evitar una ganancia excesiva que puede conllevar distintas complicaciones.
A medida que pasan las semanas el útero va creciendo y puede empezar a comprimir la vejiga urinaria lo que producirá un aumento de las ganas de orinar. Las micciones serán más frecuentes y de menos volumen.
El tránsito intestinal se ralentiza lo que suele derivar en muchas ocasiones en problemas de estreñimiento. Para prevenirlos es importante una dieta rica en fibra, consumir abundantes líquidos y realizar ejercicio físico moderado.
Ya desde el principio y como consecuencia del cambio hormonal es cuando pueden aparecer cansancio, sueño, cambios en los estados de ánimo o pérdida de apetito. Son muy frecuentes las náuseas y vómitos entre la semana 8 y 14 de gestación, signos que empeoran por una mayor sensibilidad olfativa. Las náuseas se pueden combatir acortando los tiempos de ayuno, es decir, comer cada 3-4 horas pequeñas cantidades. Si fuera necesario su ginecólogo le puede prescribir medicación que le ayude a controlar esas nauseas, antieméticos.
Algunas mujeres no presentan esta sintomatología y por el contrario se encuentran fenomenal, incluso con un mayor apetito. Es importante controlar la alimentación e intentar que sea lo más saludable posible y nunca “comer por dos”.
Se va a producir un ensanchamiento de caderas y un cambio importante en las mamas. Estas van a aumentar de tamaño, se volverán más sensibles, los pezones se oscurecen y a medida que el embarazo va llegando a su fin se irán preparando para la lactancia.
La retención de líquidos también puede provocar un cambio importante en el cuerpo de una embarazada. Se produce sobretodo en el tercer trimestre y la hinchazón ocurre fundamentalmente en los miembros inferiores, piernas y tobillos. Se debe a la compresión que ejerce el útero sobre los vasos sanguíneos y el sistema linfático. El calor, la obesidad y un calzado inadecuado agravan este problema.
Es muy importante tener la piel bien hidratada para evitar las estrías que pueden aparecer como consecuencia del aumento de volumen. No es fácil prevenirlas, el uso de cremas específicas ayuda, deben aplicarse fundamentalmente en el abdomen, los muslos y las nalgas y tratar de ser muy regular con estos cuidados.
Pero como no todo va a ser malo, el cabello se fortalece y gana en brillo, tu cutis también mejora y tu pecho estará más turgente que nunca.
Se trata de un periodo de muchos cambios, como ya hemos visto, y aunque muchos de ellos no son agradables hay que ver las cosas con perspectiva y pensar que solo son 9 meses tras los cuales tendremos con nosotras a nuestro bebé.