No se puede encontrar siempre la causa de la esterilidad. De hecho, se denomina esterilidad de origen desconocido a los casos en los que no se encuentra razón alguna que justifique una situación de esterilidad tras realizar un estudio protocolizado a ambos miembros de la pareja.
Dado que el diagnóstico de esterilidad no puede darse a priori sino que es una definición estadística y temporal basada en el hecho cierto de que tras un tiempo determinado sigue sin conseguirse un embarazo, algunas parejas estudiadas por este motivo tendrán una normalidad absoluta en todas las pruebas realizadas y tendremos que rendirnos a la evidencia de que no somos capaces de encontrar la causa de dicha esterilidad.
El porcentaje publicado en los distintos estudios es muy variable y depende más de las características de la población estudiada que del centro que realiza el estudio a que los protocolos diagnósticos suelen ser similares en todos ellos. En conjunto las cifras de parejas con esterilidad de causa desconocida suelen rondar en torno al 18 %, siendo casi el doble en los casos de esterilidad secundaria en los que se tiene ya al menos un hijo previo con la misma pareja. Por supuesto, es desesperadamente mayor que a lo que a nosotros nos gustaría, pero resulta especialmente angustioso para las parejas que después de someterse a un riguroso estudio para saber la causa de su esterilidad se encuentran en la misma situación que al principio, sin saber qué es lo que falta.
La reacción normal en estas parejas es exigir la realización de más pruebas, de un estudio más completo, que antes o después acabe dando esa respuesta. Sin embargo, pese a lo lógico de tal actitud, es importante no caer en esa tentación y continuar de forma interminable haciendo más y más pruebas.