Hoy es miércoles y tenemos Comité de Ética asistencial en la clínica. Estas reuniones suelen tener lugar una vez al mes, y son tremendamente interesantes. Aquí no se tratan aspectos técnicos, ni, como ocurre en las sesiones clínicas, comentamos las historias de las pacientes con el fin de decidir cuales son los mejores embriones, o la mejor técnica de reproducción asistida. En este Comité, en el que soy la única embrióloga, una sola paciente puede llevarnos más de dos horas.
Los casos que se llevan a esta reunión, puede parecer que son excepcionales, casos únicos o especiales que necesitan ser discutidos en profundidad. Sin embargo, cada día son más comunes, y los médicos suelen tener dudas éticas respecto a determinadas decisiones. Casos como los de mujeres que pueden poner en peligro su vida si consiguen una gestación, o en los que se duda de que las decisiones de la pareja sean libres y conscientes y no coaccionadas por diversos motivos… Son algunos ejemplos de lo que allí se trata.
El Comité de Ética asistencial en un centro, ya sea de reproducción asistida o en cualquier especialidad médica, no se forma de cualquier manera. Nos ha costado un largo y complicado proceso tanto legal, como burocrático y de formación. Existe una Ley, que es distinta en cada Comunidad Autónoma que rige la formación de estos comités, y nos dice cual debe de ser la composición obligatoria: al menos un especialista médico, uno legal, una persona de atención al paciente, una enfermera, psicólogo, un responsable de calidad, y, por supuesto, varios profesionales con formación en ética (en nuestro caso contamos con varios magister en Bioética y miembros de comités deontológicos).
Igualmente, y siguiendo estas necesidades legales, han tenido que transcurrir dos años para que, desde la formación del Grupo Promotor, se haya llegado a constituir el Comité de Ética. Y estos dos años se han dedicado a la formación bioética de los componentes del grupo legos en la materia. Hemos conocido los principios básicos: Autonomía, Beneficencia, No Maleficencia y Equidad. Y con ellos como base sólida, se discuten, liderados por los especialistas, los casos que allí se llevan.
Las decisiones consensuadas que de la reunión se derivan, no son vinculantes ni legal, ni clínicamente. Pero son importantes para que el ginecólogo informe a la paciente y tenga una opinión clara sobre su posterior comportamiento.
En cualquier caso, los pacientes son los principales objetivos de este Comité. Salvaguardar su autonomía, respetando también el resto de los principios, y resolver conflictos que, de otra manera, y de forma individual, nos sería muy difícil solucionar, es el fin primordial.