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¿Cómo conseguir ser madre si respondo mal a la estimulación ovárica?

Baja respuesta ovárica

Se estima que entre el 6% y el 36% de las pacientes que se someten a un tratamiento de reproducción asistida presentan una baja respuesta ovárica. Dichas pacientes, conocidas muchas veces como bajas respondedoras, necesitan un tratamiento basado en su caso particular. En el artículo de hoy conoceremos todo sobre este diagnóstico y te contaremos qué es lo que podemos hacer por ti en Tambre si estás pasando por esta situación.

 

¿Qué es la baja respuesta ovárica?

La definición de baja respuesta ovárica sigue siendo un tema de debate en la actualidad. Las dos definiciones más aceptadas por la comunidad médica se basan en las recomendaciones de dos grupos de expertos, que son los criterios de Bolonia (los cuales fueron consensuados por la European Society of Human Reproduction and Embriology- ESHRE) y la clasificación POSEIDON.

Se considera que una paciente presenta una baja respuesta cuando cumplen al menos dos de los siguientes criterios:

  1. Edad avanzada
  2. Un ciclo previo con baja respuesta, es decir, obtención de 3 o menos ovocitos llevando a cabo un protocolo de estimulación convencional.
  3. Test de reserva ovárica disminuida, ya sea un recuento de folículos antrales (RFA) < 5-7 o bien el valor de la AMH < 0’5- 1,1 ng/ml.

Además, dentro de los criterios de Bolonia se consideró que aquella paciente que presentara al menos dos bajas respuestas en dos estimulaciones ováricas a dosis máximas también debería considerarse parte de este grupo. Como se puede apreciar, los criterios de Bolonia siguen siendo muy heterogéneos. Con el objetivo de solventarlo, se propuso en 2016 la clasificación POSEIDON (Patient-Oriented Strategies Emcompassing Individualized Oocyte Number).

En ella se categorizaron cuatro grupos de pacientes con pronóstico disminuido:

¿Cuáles son las causas de la baja respuesta ovárica?

Para sorpresa de muchas personas, el proceso de envejecimiento ovárico comienza en el desarrollo fetal. Una niña, en el momento de su nacimiento, dispone de 1 a 2 millones de ovocitos. Durante su infancia y pubertad, estos se van atresiando, es decir, que se atrofian antes de llegar a un estado de madurez.

De esta forma, cuando una mujer tiene su primera menstruación, digamos que ya solo contará con unos 300.000-400.000 ovocitos, de los cuales 1000 iniciarán su desarrollo folicular en cada ciclo menstrual, y solo 1 por cada ciclo será ovulado.

Paralelamente a este proceso biológico, se da la pérdida de calidad de los ovocitos. A pesar de ser un proceso natural, existen patologías que propician una pérdida más brusca de la reserva ovárica como la endometriosis, algunas cirugías ováricas, enfermedades autoinmunes, la enfermedad inflamatoria pélvica, factores ambientales como el tabaco o pesticidas; y otras condiciones que pueden dar lugar a contar con un menor número de óvulos desde el nacimiento, como el síndrome de X frágil, deficiencia de 17 alfa hidroxilasa, galactosemia, o el fallo ovárico prematuro idiopático.

 

¿Cuáles son las consecuencias de una baja respuesta ovárica?

La baja respuesta ovárica no siempre va asociada a infertilidad. Una paciente con un recuento de folículos antrales bajo o niveles bajos de hormona antimülleriana puede no tener dificultades para quedarse embarazada de forma natural.

Sin embargo, estos factores sí pueden estar relacionados con un peor pronóstico en tratamientos reproductivos de Fecundación In Vitro y vitrificación de ovocitos, ya que aportan más riesgo de cancelación de ciclo, de que se den menos número de ovocitos recuperados. Por ello, también se vería afectado el número de embriones y las tasas de embarazo.

A largo plazo, en cuanto a salud de la mujer, la baja reserva ovárica puede ir unida a un fallo ovárico prematuro (FOP). Hablamos de FOP cuando se produce el cese de la menstruación en pacientes menores de 40 años. Esto puede afectar hasta al 1% de la población de mujeres. Si la paciente no recibe tratamiento sustitutivo (terapia hormonal sustitutiva), el FOP puede hacer que haya un incremento de riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, como la osteoporosis.

 

¿Qué opciones tengo si no estoy respondiendo adecuadamente a la estimulación ovárica?

Múltiples estudios se han centrado en este perfil de pacientes para dar con la mejor forma de abordar sus tratamientos. Los protocolos que los especialistas seguimos estos que vamos a ver a continuación:

 

     A) Uso de andrógenos

Los andrógenos aumentan el número de receptores de la hormona folículo estimulante (FSH) en las células de la granulosa, y por ello, podría aumentar la respuesta a la misma actuando en los folículos preantrales y antrales. Fundamentalmente se han utilizado en forma de testosterona tópica o dehidroepiandrosterona (DHEA) oral. Algunos estudios recientes han encontrado mejoría en las tasas de recién nacido vivo tras la pauta de estos medicamentos.

 

    B) Hormona de crecimiento o GH

La GH, aumenta el IGF-1 (factor de crecimiento insulínico tipo 1) en los folículos, aumentando así la respuesta a las gonadotropinas, y puede que también, aumentando la capacidad ovocitaria de recuperación celular. Tras ello, varios estudios han indicado mejoría en el número de ovocitos obtenidos, número de embriones y alguno, mejoría en la tasa de gestación clínica. Sin embargo, los resultados entre los diferentes estudios son dispares y, por tanto, el uso de GH a día den la actualidad sigue siendo experimental.

 

      C) Doble trigger

El uso de gonadotropina coriónica humana (Hcg), se basa en su similitud bioquímica y en su unión al receptor de hormona luteinizante (LH).

La utilización de agonistas de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRHa) proporciona un pico endógeno tanto de LH como de FSH, siendo más similar al pico fisiológico que se produce con la ovulación natural.

El uso de ambas estrategias de maduración conjuntamente el día del trigger, aumenta el número de ovocitos maduros, mejora las tasas de fecundación y aumenta el número de embriones.

 

       D) DuoStim

El DuoStim se basa en la estrategia de una doble estimulación en el mismo ciclo. Esta técnica (protocolo Shanghai) ha demostrado que es posible obtener más ovocitos en un menor tiempo al no tener que esperar a la siguiente menstruación. Comparándolos con la estimulación convencional, los resultados a nivel de número de embriones y tasa de recién nacido vivo son mejores. Esto ocurre no solo porque se obtenga un mayor número de ovocitos, sino por una reducción del abandono del tratamiento entre el primer ciclo de estimulación y el segundo.

Esperamos con este artículo haberte aclarado todas las dudas que tuvieses respecto a la baja respuesta ovárica y si este es tu caso, en Tambre te estamos esperando con los brazos abiertos para darte una segunda opinión y conseguir que, por fin, tengas a ese bebé que tanto deseas.