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Cómo interpretar el análisis de semen

¿Qué es un seminograma y un espermiograma?

Seminograma y espermiograma son términos sinónimos y describen el estudio en laboratorio de las características del   semen y de los espermatozoides en él contenidos.

A diferencia de la mujer, la participación biológica del varón en la reproducción se limita al aporte de semen. Por ello, un estudio concienzudo de éste nos permite un perfecto resumen de la normalidad de todos los pasos fisiológicos previos que participan en la producción y conservación de los espermatozoides. Además, el factor masculino es muy frecuente, estando presente en dos terceras partes de las parejas con esterilidad, siendo el único factor alterado hallado en la  mitad de estos casos y coexistiendo con algún otro factor femenino en la otra mitad. Por ello el seminograma es una   prueba diagnóstica rutinaria e imprescindible en cualquier estudio de esterilidad incluso cuando la mujer tenga algún   problema conocido que afecte a su fertilidad.

El procedimiento para la prueba es sencillo; el hombre tiene que obtener una muestra de semen por masturbación,  y  recogerla procurando no perder parte de la muestra,  en un recipiente estéril. Es un criterio básico que haya un tiempo previo de 3 a 5 días de   abstinencia sexual, ya que esta característica puede hacer variar considerablemente los resultados. Si la obtención del   semen se realiza en el domicilio la muestra debe mantenerse a temperatura corporal y entregarla en el laboratorio en   menos de 45 minutos desde su obtención.

En pacientes con alteraciones de la eyaculación como en casos de paraplejia se puede recurrir a la   electro estimulación prostática. En casos excepcionales donde por motivos psicológicos o morales no pueda recurrirse   a la masturbación se podrá obtener mediante un coito recogiendo el semen en preservativos especiales ya que los   habituales suelen tener sustancias espermicidas que alterarían los resultados.

¿Cómo se interpretan los resultados?

El análisis básico del eyaculado  se realiza con un examen en fresco, en el que se valora el volumen del eyaculado, la acidez  o pH del  semen, la densidad, el número de espermatozoides móviles, la morfología y el número de leucocitos presentes.

El resultado se traduce en una serie de términos que aunque parecen confusos describen cuatro parámetros básicos  del semen. La Organización Mundial de la Salud, en el año 2010 publicó un manual en el cual indican cuales son los valores normales para todos estos parámetros que son menores que los publicados en la edición anterior.

Aspermia es la ausencia de eyaculación con el orgasmo masculino y no tiene relación con la producción de  espermatozoides. La causa más frecuente es la eyaculación retrógrada en la que debido a malformaciones, lesiones   quirúrgicas, fármacos o complicaciones de algunas enfermedades como la diabetes, el semen aboca a la vejiga   urinaria en lugar de hacerlo al exterior.

 Hipospermia es una cantidad de semen eyaculado menor de 1.5 ml.

 Azoospermia es la ausencia de espermatozoides en el eyaculado. La causa puede ser un fallo en su producción o la   existencia de alguna obstrucción que impida su salida al exterior junto con los fluidos del semen producidos en la   próstata y las vesículas seminales.

 Oligozoospermia es la presencia de menos de un total de 39 millones de espermatozoides en el eyaculado o menos  de 15 millones de espermatozoides por cada mililitro de semen.

 Astenozoospermia es la presencia de menos de un 32 % de los espermatozoides con una buena movilidad.

 Teratozoospermia es la existencia de más de un 4 % de los espermatozoides morfológicamente anómalos.

 Necrozoospermia es el hallazgo de más de más de un 42 % de los espermatozoides muertos

 Leucospermia es el hallazgo de un más de 1 millón de leucocitos o glóbulos blancos por ml, lo que suele indicar una infección genito-urinaria.

 

En la Clínica Tambre, pioneros en el estudio y tratamiento de las alteraciones espermáticas, realizamos además, junto con estas valoraciones, un estudio bioquímico del eyaculado, determinando: ácido cítrico, fosfatasa ácida, fructosa y maltasa. Cada una de estas sustancias está asociada a su producción por un órgano masculino determinado (próstata, vesículas seminales y epidídimo)

La interpretación del seminograma tiene que realizarse en su conjunto, ya que varios parámetros alterados pueden dar una idea de donde puede localizarse la alteración: testículo, vesículas seminales, epidídimo o próstata.

Incluso en el caso de no existir espermatozoides en el eyaculado (azoospermia), con este análisis básico se puede interpretar si la ausencia de espermatozoides es debido a una obstrucción en algún punto del tracto reproductivo o es de tipo genético u hormonal.

 

¿Se puede saber con un análisis de semen si un varón es estéril?

Normalmente el diagnóstico del factor masculino no debe basarse en un único espermiograma ya que la producción de espermatozoides puede alterarse por múltiples factores: infecciones, drogas, calor, tabaco, etc. y puede durar pocas semanas o muchos años. Incluso el recuento puede variar de una semana a otra en un hombre normal. Por tanto, son necesarios al menos dos seminogramas, con separación de entre una semana y tres meses entre ellos, para un diagnóstico fiable.

Además, salvo en casos de azoospermia, un resultado anómalo del seminograma no indica que dicho varón sea estéril y no pueda conseguir un embarazo incluso por medios naturales, pues basta con que un espermatozoide, de los varios millones que suele aportar cada eyaculación, llegue al óvulo y lo fecunde para que se pueda producir el embarazo. Por ello, aunque existan los criterios específicos e internacionales dados por la Organización Mundial de la Salud  comentados previamente, que califican al semen de “anormal” y aproximadamente dan una idea de las posibilidades de conseguir un embarazo, éste no es un criterio exacto; sólo pueden indicar que un hombre, con determinadas características en su semen que permiten calificarlo de patológico, tiene menores posibilidades de conseguir un embarazo en cada relación o ‘puede’ tardar más tiempo en conseguirlo que otro con un semen que cumpla todos los requisitos para calificarlo como ‘normal’. Por ello la utilidad de un espermiograma en un adulto sano antes de buscar un embarazo para valorar su fertilidad es escasa. Sin embargo, es alta cuando buscamos el tratamiento más adecuado en una pareja que ya lleva un tiempo suficiente buscando el embarazo sin conseguirlo. Sobre todo porque aunque haya factores femeninos también implicados, si observamos una semen anómalo o subfértil podemos inferir que esta baja calidad puede influir en no haber conseguido el embarazo deseado.

Para más información: Todo lo que necesitas saber sobre seminograma