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Las dos semanas que transcurren entre la transferencia embrionaria y la prueba de embarazo, o “Betaespera”, son en la mayoría de los casos causantes de ansiedad y estrés.
Aquí les mostramos algunos consejos prácticos para que esos días de «Betaespera» sean más llevaderos.
Ejercicios de relajación
La relajación tiene multitud de aspectos beneficiosos que nos van a favorecer tanto física como psicológicamente. Pero no hay que preocuparse si no se posee el conocimiento de ninguna técnica específica.
El ejercicio moderado, las técnicas de respiración y/o la práctica de disciplinas como yoga o tai-chi nos ayudarán a sentirnos mejor con nosotras mismas, a ver las cosas de forma más positiva y tranquila, y a liberarnos de las tensiones.
Abandonar la auto – observación
Según transcurren los días, las dudas empiezan a surgir y es muy frecuente que empecemos a observarnos demasiado a nosotras mismas: comportamientos tales como las frecuentes visitas al cuarto de baño, la comprobación de la sensibilidad en los pechos o la existencia de otros síntomas que pueden darse en embarazadas (cambios en el sueño o en el apetito, por ejemplo) ocupan una buena parte del día.
Puesto que es muy difícil distinguir hasta qué punto son síntomas ocasionados por la medicación, por el síndrome premenstrual o por un posible embarazo, de nada nos sirve el estar todo el día pendiente de todas las sensaciones que se producen en nuestro organismo.Hay que recordar que contamos con la tranquilidad de que si en algún momento algún síntoma nos causa una molestia importante podremos consultarlo con nuestro ginecólogo.
Recuperando la rutina
Durante una temporada más o menos larga, nuestras actividades diarias se han visto alteradas por las continuas visitas a la clínica, la medicación, las continuas expectativas acerca de la evolución del proceso… etc.
Ahora es tiempo de recuperar nuestra vida, de volver a sumergirnos en la rutina y recuperar la sensación de “control” que nos proporcionan nuestros hábitos de vida.
Actividades placenteras
Al mismo tiempo que recuperamos la rutina, los horarios, el trabajo,… también nos merecemos una gratificación. Es hora de programar todas aquellas actividades que nos son agradables, tanto en pareja, como con la familia y amigos como a solas.
Todo lo que nos mantenga ocupadas y nos haga salir del “estado” de espera constante nos resultará muy beneficioso.
Alejarse de las obsesiones
Es inevitable pensar en el resultado, imaginarnos que estamos embarazadas y que todo ha salido bien. Esto nos reconforta y nos hace estar más felices. Pero todos nuestros pensamientos no pueden girar en torno a esto, y tampoco podemos detenernos demasiado tiempo en ellos.
Asimismo, cuando los pensamientos negativos aparecen llegan a hacerlo más frecuencia que los positivos, surgiendo entonces la falsa creencia de que los primeros nos protegen ante un posible negativo, algo que no es cierto.
Todas las estrategias que hemos dado anteriormente nos van a ayudar a alejar de nuestra mente los pensamientos obsesivos y la negatividad.
Red de apoyo
Es conveniente buscar al menos una persona de confianza fuera de la pareja a la que poder confiarnos y con la que compartir el proceso que estamos viviendo. Esto nos servirá para tener una perspectiva distinta de la situación.
Recuperar la pareja
Tanto el deseo de ser padres como los tratamientos de fertilidad pueden llegar a suponer una dura prueba. En cierto modo, se ha producido una pérdida de la intimidad y un cambio en el día a día de la pareja. Hay que recuperar la complicidad, los momentos para estar juntos y el disfrute entre ambos.
Es probable que existan ciertas restricciones médicas en los primeros días de la betaespera con respecto a las relaciones sexuales pero eso no significa que no podamos recuperar la intimidad y la satisfacción de la vida en pareja. Es un buen momento para centrarnos en otros objetivos y ponernos nuevas metas en común.
Acudir a profesionales
Si aun así no podemos manejar el estrés y la ansiedad del proceso, y sentimos que nuestro estado de ánimo no es el más adecuado, es el momento de solicitar cita con el psicólogo.