La dieta para una embarazada celíaca ha de ser variada, sana y equilibrada al igual que cualquier mujer en estado pero con la excepción en el consumo de productos con gluten.
La celiaquía es una enfermedad autoinmune más frecuente en mujeres que en hombres, que consiste en la intolerancia a la gliadina, glucoproteína presente en algunos cereales (trigo, cebada, centeno y avena).
El diagnóstico de la enfermedad se hace mediante marcadores en sangre periférica que si fueran positivos habría que confirmar con la biopsia intestinal.
Síntomas que suelen presentar las personas celíacas que consumen alimentos con gluten:
- Flatulencias
- Pérdida de peso y apetito
- Diarrea
- Náuseas y vómitos
- Distensión y dolor abdominal
- Retraso del crecimiento en niños
- Alteración del carácter
- Pérdida de masa muscular
En una embarazada celíaca que no sigue una dieta adecuada, el sistema inmune ataca las vellosidades intestinales y esto afecta a la absorción de los nutrientes de los alimentos. Las consecuencias a largo plazo podrían ser:
- Osteoporosis
- Problemas glándula tiroides
- Desarrollo de tumores o linfomas
- Diabetes
La celiaquía es una enfermedad autoinmune que puede ser la causante de abortos de repetición.
Además, a consecuencia de la desnutrición que se produce la mala absorción de nutrientes por una mucosa intestinal dañada puede aparecer un crecimiento intrauterino retardado (CIR).
Por ello, nuestra recomendación a todas aquellas mujeres embarazadas celíacas es que sean rigurosas en la dieta y no consuman alimentos con gluten, porque puede tener consecuencias nocivas para su salud y la del bebé.
Así que se trata simplemente de seguir las mismas indicaciones que son válidas para todas las mujeres gestantes, es decir, una dieta variada, rica en hidratos de carbono, verduras, frutas, proteínas y frutos secos pero todos ellos sin gluten.