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La disfunción sexual es la incapacidad de llevar a cabo el acto sexual de manera satisfactoria. La dificultad puede darse en cualquiera de las etapas de la respuesta sexual humana. Estas etapas son la fase de deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución.
Las disfunciones sexuales pueden ser primarias o secundarias, es decir, primarias cuando siempre han interferido en el individuo desde el inicio de sus relaciones, y secundarias cuando surgen tras haber establecido previamente relaciones sexuales satisfactorias. Asimismo, hay que distinguir si se manifiesta de forma generalizada (si ocurre en todas las situaciones y con todas las parejas), o bien, específica (se da ante determinadas parejas, situaciones o frente una forma concreta de de estimulación).
El primer paso para el correcto diagnóstico de una disfunción sexual es siempre descartar que se trate de un problema biológico o médico. De no ser así, trabajaremos sobre las causas psicológicas que pudiesen estar generando y manteniendo la disfunción sexual. Con frecuencia, el trabajo se realizará en ambos niveles tanto orgánico como psicológico debido al impacto emocional que éstas generan tanto en hombres como en mujeres.
Las principales disfunciones sexuales son:
1) Los trastornos del deseo sexual.
– Deseo sexual inhibido o hipoactivo. Puede aparecer tanto en hombres como en mujeres. En estas personas existe un bajo interés sexual. No sienten necesidad de desarrollar comportamientos sexuales ni tampoco hay excitación ante situaciones que normalmente activarían la respuesta sexual del individuo. No existen fantasías sexuales ni tampoco masturbación. Puede deberse a una condición médica (niveles hormonales, efectos secundarios de medicamentos que pueden disminuir el deseo, etc.), o bien, a factores psicológicos de tipo estados depresivos, de ansiedad y estrés, baja autoestima, imagen corporal negativa, falta de erotismo y fantasías dentro de la relación de pareja, entre otros muchos.
– Aversión al sexo es un estado de extrema ansiedad o pánico ante la idea de mantener cualquier tipo de relación sexual que limita al individuo a desarrollar una intimida erótica normal. Es mas frecuente en mujeres que en hombres y puede ocasionar un gran deterioro en la vida de estas personas. Su origen puede estar en experiencias traumáticas de tipo abuso sexual en la infancia, violación, o bien, se ha podido desarrollar como consecuencia de repetidas experiencias de dolor (dispareunia) en las relaciones sexuales. Una educación represiva con respecto al sexo también podría desencadenar la aversión. Surge una reacción de aborrecimiento que impulsa al individuo a evitar cualquier tipo de circunstancia que se relacione con el sexo.
– Adicción sexual es la necesidad o dependencia de llevar a cabo comportamientos sexuales a cualquier hora del día y en cualquier lugar de manera que pueden llegar a interferir en las relaciones personales, sociales y laborales del individuo y genera sentimientos de culpa, dolor y arrepentimiento una vez que se ha llevado a cabo la conducta adictiva. Con frecuencia hacen uso de pornografía, redes sociales dirigidas al sexo en Internet, prostitución, líneas eróticas, etc.
2) Trastornos de la excitación sexual.
– Disfunción eréctil o incapacidad para conseguir o mantener una erección satisfactoria para el coito. Algunos aspectos que sugieren una causa orgánica serían un inicio gradual de la disfunción, libido normal, factores de riesgo en la historia médica (problemas cardiovasculares, endocrinos o neurológicos), consumo de medicamentos asociados a la disfunción eréctil, etc. Sin embargo, un inicio repentino, si existen erecciones matinales o autoestimuladas, un cambio importante en la vida actual, dificultades en la relación de pareja, así como problemas psicológicos puede ser indicativo de un factor psicógeno asociado a la disfunción. Los sentimientos de culpa, el miedo al fracaso en la relación sexual, la falta de comunicación con la pareja, la disminución del erotismo previo al coito, son algunos de los factores que pueden mantener la disfunción eréctil.
– Trastorno de la excitación genital persistente en mujeres. Excitación sexual genital (con congestión y lubricación) espontánea, intrusiva y no deseada en ausencia de deseo e interés sexual. La vivencia de esta excitación se describe en muchas mujeres como desagradable al no ser elegida ni controlada. La excitación no desaparece tras un orgasmo y puede persistir durante horas incluso días. Se trata de un trastorno recientemente descrito en el que las causas pueden ser múltiples.