En ocasiones los tratamientos de FIV dan lugar a un número elevado de embriones que el biólogo deberá clasificar con el fin de determinar cuáles tienen mayor probabilidad de implantación en el útero materno y, por lo tanto, cuáles se destinarán a ser transferidos, cuáles congelados y aquellos que serán desechados.
Esta clasificación de los embriones se hace sobre todo en función de sus características MORFOLÓGICAS y CINÉTICAS y constituye una tarea difícil y comprometida.
Desde el punto de vista MORFOLÓGICO son muchos los elementos que se tienen en cuenta en el Laboratorio de FIV a la hora de llevar a cabo la selección embrionaria en función de su morfología y cinética. Dependiendo de si se trata de ovocitos, embriones o blastocitos se tendrán en cuenta diferentes factores. Entre ellos, la existencia o no de multinucleación, vacuolas, la regularidad o irregularidad en el tamaño de las blastómeras en las que sucesivamente se va dividiendo el embrión, la presencia o no de fragmentación en el interior de la célula, el tamaño del espacio perivitelino, etc…
Por lo que se refiere a la CINÉTICA embrionaria, el desarrollo de los sistemas TIME-LAPSE en los últimos años ha supuesto un avance muy notable y ha proporcionado un método fiable y eficaz para observar el desarrollo embrionario. Se trata de sistemas de cámaras situados en el interior de los incubadores que realizan fotografías en períodos de tiempo establecidos. Así, por ejemplo, en los centros FIV podemos programar el sistema para que efectúe una fotografía cada cinco minutos y de esta manera tendremos toda la secuencia de desarrollo y división de la célula.
Además, estos mecanismos de observación in situ ayudan a mantener estables las condiciones de temperatura y PH al no tener que extraer los embriones del incubador para su valoración, con la mejora que eso supone para este tipo de material tan sensible a cualquier cambio en sus condiciones de cultivo.
Con toda la información obtenida los biólogos en Clínica Tambre clasificarán como embriones de ‘buena calidad’ aquellos que estén más próximos a las exigencias del sistema de clasificación que se está empleando y que se consideran con más probabilidades de dar lugar a una gestación evolutiva, por eso serán los primeros embriones de elección para transferir.
En el caso de que como resultado del ciclo no obtengamos embriones de ‘buena calidad’ sino embriones de una calidad intermedia no hemos considerar que son embriones inapropiados o defectuosos; significa que no están en la clasificación de los óptimos, de los ideales, pero también pueden dar lugar a un embarazo, tal vez con menos probabilidades, pero con las mismas garantías. Transferir un embrión de menor calidad no es un fracaso, los tratamientos de reproducción asistida no son solo estadística.