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La importancia de educar en salud reproductiva
Un grupo australiano ha publicado recientemente un estudio realizado a más de 1.000 estudiantes universitarios que muestra como, de forma mayoritaria, quieren ser padres algún día. Sin embargo, también demuestra que sus expectativas sobre el momento de reproducirse son poco realistas bien sea por su carrera profesional o económicamente. El estudio finaliza recomendando la educación a los jóvenes sobre los límites de la fertilidad y la necesidad de apoyarles para que sean padres en un punto que es ideal biológicamente y al mismo tiempo esté equilibrado con los objetivos vitales que quieren alcanzar.
Estas conclusiones bien pueden ser las mismas que se obtendrían entre jóvenes españoles. O de cualquier otro país del que llamamos “primer mundo”. Un mundo en el cual, la tasa de natalidad está descendiendo a niveles realmente preocupantes, y en el que la pirámide poblacional ya no es tal, dado el aumento de la esperanza de vida y el alarmante descenso de niños nacidos.
Y la realidad es esta: los jóvenes apenas tienen hijos, y la mayoría espera a unas condiciones laborales o económicas que les permitan formar una familia. Como consecuencia, los tratamientos de reproducción asistida aumentan cada vez más. Se habla en todos los medios del aumento de la infertilidad entre las parejas, cuando solamente este retraso justificaría este aumento.
¿Y cuál es la solución?
Se ofrecen medidas tales como la “preservación de la fertilidad” con la congelación de los óvulos en las jóvenes, para poder utilizarlos en el momento en que se desee. Incluso grandes empresas multinacionales incluyen entre sus beneficios sociales el ofrecer esta opción a sus empleadas.
Pero esta no es “la solución”, sino una forma de paliar el problema. La solución estriba, como apuntaba el estudio australiano, en la educación.
Y la educación no es únicamente advertir a los jóvenes de que retrasar la reproducción puede tener consecuencias indeseadas. Existen muchas campañas en España que explican el descenso de la capacidad reproductiva de la mujer a partir de los 35 años. En Clínica Tambre realizamos conferencias a jóvenes de institutos de educación secundaria donde se enseña salud reproductiva.
Pero esto no es suficiente. Porque
¿de qué vale que un joven conozca los límites de su fertilidad si no está apoyado por la realidad social?
¿De qué sirve que una joven desee embarazarse a los 30 años si en su empresa la despiden?
La realidad es que es difícil que, aunque los jóvenes sean conscientes de la dificultad de conseguir un embarazo después de los 35 años, sus prioridades de vida les impiden actuar en consecuencia.
Muchas de las parejas que nos consultan han debido posponer su deseo reproductivo hasta no tener posibilidad de mantener a una familia
Y no estoy hablando de conseguir un alto standing. Hablo únicamente de poseer un trabajo y un lugar donde vivir.
Hay que seguir informando a los jóvenes, y la educación, obviamente, es primordial. Pero esta educación debe extenderse a todos los ámbitos: las empresas, y la sociedad en general, alertando de los peligros de un envejecimiento de la población.
Para conocer su reserva ovárica, Clínica Tambre ofrece un test de fertilidad gratuito en la primera visita. Este test consiste en un análisis de sangre con el que se puede determinar la cantidad de hormona antimulleriana de cada mujer. Con esta información cada paciente puede tomar diferentes decisiones como optar por adelantar la maternidad, preservar sus óvulos con un proceso de vitrificación o someterse a un tratamiento de reproducción asistida.
Para más información llámanos al +34 (+34) 91 411 61 11 o envíenos un correo a atpaciente@clinicatambre.com