La implantación embrionaria es el proceso en el que el embrión alcanza el estado de blastocisto (de 5 o 6 días de evolución) e invade la capa interna del útero llamada endometrio para continuar su desarrollo. Este proceso complejo incluye una serie de señales entre endometrio y embrión y es uno de los momentos más delicados en los procesos de fecundación in vitro.
La implantación comienza entre el 6º u 8º día desde la fecundación del óvulo en términos generales pero existen algunas pequeñas diferencias en las pacientes que se someten a un proceso de reproducción asistida, fundamentalmente a una fertilización in vitro (FIV).
En estos casos, al colocarse directamente los embriones en la cavidad uterina, podemos encontrar diferencias entre los días en que se produce la implantación dependiendo en qué momento se realice la transferencia embrionaria. Así, si la transferencia se realiza en estado de blastocisto, se estima que la implantación se produciría casi inmediatamente mientras que si la transferencia fuera en etapas más precoces como 2º o 3º día, el embrión debería seguir dividiéndose hasta implantarse 2-4 días después.
Tras la transferencia de los embriones, se inicia un periodo de unas dos semanas aproximadamente en las que debemos esperar a tener el resultado del test de embarazo para saber si finalmente ha habido implantación. En este tiempo las pacientes pueden notar la aparición de determinados síntomas. Es frecuente estar algo más pendientes de nuestro cuerpo o de lo que sentimos para tener algún indicio de si se ha producido implantación embrionaria.
Implantación embrionaria síntomas
Son varios los síntomas de la implantación embrionaria que pueden darse en este periodo, pero no tenerlos no implica que no haya habido implantación. No hay ningún síntoma específico aunque podemos encontrar síntomas que aparecen comúnmente:
- Sangrado: el mismo día de la transferencia o al día siguiente podemos observar un ligero manchado. Este sangrado suele ser secundario a la canalización del cuello de útero con la cánula de transferencia. Suele ser escaso; no tiene ninguna repercusión negativa y no debemos preocuparnos. Unos días después de la transferencia se puede producir el llamado sangrado de implantación. Es igualmente escaso aunque en algunos casos puede ser algo más abundante y confundirse con la menstruación. Suele durar pocos días y el color del mismo depende de cada mujer.
- Dolor abdominal: suele ser tipo cólico, similar al dolor menstrual. Si llega a ser intenso, puede requerir tomar algún analgésico.
- Nauseas o vómitos.
- Molestias mamarias: secundarias al aumento de las hormonas y muy frecuentemente secundarios a la administración de progesterona y / o estrógenos.
Cada mujer puede notar síntomas diferentes y con distinta intensidad. Tenerlos o no, como comentábamos previamente no es indicativo de que el proceso haya concluido con éxito.
Aunque la espera hasta el resultado del test de embarazo sea un periodo complicado, lleno de expectativas e ilusiones, debemos intentar no obsesionarnos con aquello que sentimos ya que ningún síntoma predice el resultado final.
Dra. Esther Marbán Bermejo
Ginecóloga en Clínica Tambre