[vc_row][vc_column][vc_column_text]Lo primero que tenemos que dejar claro es que contraer el virus no significa que la enfermedad se manifieste.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es el virus que causa el SIDA, que son las siglas de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Pero haber contraído el virus no significa tener la enfermedad. Cuando una persona se infecta con el VIH, el virus ataca al sistema inmunitario, y la persona puede contraer infecciones más fácilmente. Si la infección progresa y cada vez se hace más débil el sistema inmunitario, pueden tener lugar enfermedades que con un sistema inmunitario normal no ocurrirían. Cuando esto sucede, la enfermedad se llama SIDA. Una vez que una persona tiene el virus, este permanece dentro del cuerpo de por vida.
Actualmente existen medicamentos llamados antirretrovirales que si se administran en cuanto se diagnostica la infección, pueden facilitar que la persona infectada lleve una vida completamente normal.El virus se puede transmitir de una persona a otra a través de la sangre o fluidos (semen o fluidos vaginales) o de la madre al feto en el caso de estar embarazada.
El diagnóstico del VIH se realiza con una muestra de sangre para determinar si hay infección, y si la hay, la carga viral y valores CD4. Esto es como decir cuántas copias del virus hay en el organismo y cómo de infectivas son.
Cuando una pareja se quiere someter a un tratamiento de reproducción asistida, siempre se estudia a ambos miembros de la pareja para descartar que uno de los dos, o ambos, estén infectados con el virus y lo puedan transmitir a la descendencia.
Pero ¿una pareja en la que exista infección por VIH puede realizar una técnica de reproducción asistida?
Lo más frecuente en una pareja que quiere conseguir una gestación es que sólo uno de los dos haya contraído el virus del VIH. Se dice entonces que es serodiscordante.
En cualquiera de los dos casos, lo más importante es pensar en la salud del futuro niño. Por eso es importante conocer si se está tratando la enfermedad y el número de copias del virus.
En el caso de que la infección la tenga el varón, la muestra de semen se somete a un procedimiento llamado «lavado seminal», mediante el cual, se quita todo el plasma seminal (la parte líquida del eyaculado) y se dejan los espermatozoides en un medio de cultivo especial. De esta manera, se intenta que si hay virus, desaparezca con el plasma seminal.
Posteriormente, por medio de una técnica llamada PCR, se analiza si han quedado copias del virus y si hay, cuál es su número. Si es negativa para el virus o el número de copias es muy bajo, es la muestra que se usará posteriormente en el tratamiento de reproducción asistida que se vaya a realizar.
Si es la mujer la que tiene el virus del VIH, también hay que hacer un recuento del número de copias, pero esta vez en sangre. Si el número de copias es muy bajo se podrá hacer un tratamiento de reproducción asistida en los centros de reproducción habilitados a tal efecto. Si el número es alto, habrá que esperar a que con el tratamiento de retrovirales descienda, ya que, como se ha comentado al principio, lo más importante es evitar que la infección se transmita al niño.
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