El hirsutismo o exceso de vello, tanto en la cara como en el cuerpo, suelen deberse a un exceso de andrógenos u hormonas masculinas y asociarse a problemas de ovulaciones irregulares y esterilidad. Sin embargo, lo primero que hay que recalcar es que el hirsutismo no se caracteriza tanto por la cantidad, color o grosor del vello, que es algo constitucional de cada mujer, sino a la distribución de este. Por tanto no hablamos de un exceso de vello en zonas normales como los antebrazos, las pantorrillas o las mejillas, por mucho que preocupe a las mujeres de pelo robusto y moreno por ser de zonas más visibles, ni, por supuesto, en el pubis o las axilas, sino de la aparición de vello en zonas más propias del varón que de la mujer, como es el mentón, la zona media del pecho, alrededor de los pezones o en la línea que va del pubis al ombligo.
El exceso de andrógenos estimula la actividad del folículo piloso lo que además de provocar esta aparición de vello ‘no no debe’, suele favorecer la producción de grasa, con el consecuente problema de acné y seborrea y la fragilidad o pérdida del pelo en la cabeza, llamada alopecia.
La testosterona –una de las hormonas masculinas- es normalmente producida, en pequeñas cantidades, en la mujer, tanto en el ovario como en las glándulas suprarrenales y ambos lugares pueden ser el origen de su producción excesiva. Saber si depende de un problema en la glándula suprarrenal es sencillo porque esta es la única que produce otra hormona masculina de nombre más complicado, la sulfato-dehidroandostendiona (S-DHEA), por lo que con mirar sus niveles podemos descartar este origen. La valoración de la testosterona, sin embargo, es más difícil porque la mayor parte circula por la sangre unida a unas proteínas transportadoras y es inactiva. Solo una pequeña parte que circula libre es la que tiene efecto androgenizante, con lo que este efecto puede deberse tanto a un exceso de producción de testosterona total como a un descenso de la proteína transportadora o a que esta se halle ocupada con otras sustancias.
En cualquier caso el hirsutismo de origen ovárico es tanto causa como consecuencia de una anovulación persistente, constituyendo en conjunto lo que denominamos ‘síndrome de ovarios poliquísticos’.