La menopausia precoz es aquella que comienza antes de los 40 años. Al hecho de no tener la regla lo llamamos ‘amenorrea’. Si no ha bajado nunca lo denominamos amenorrea primaria, mientras que si deja de bajar después de un tiempo, más o menos largo, de tener reglas, lo llamamos amenorrea secundaria. La causa de ambas es muy variable. El término menopausia precoz corresponde solo a la amenorrea secundaria producida por el agotamiento prematuro de los ovarios.
Dentro de las muchas causas que pueden ocasionar una amenorrea primaria, algunas no permiten el sangrado menstrual ni con tratamiento médico. Se trata normalmente de malformaciones de los genitales, desde un himen imperforado que impide la salida de la sangre desde la vagina y que se soluciona con un simple corte, a la ausencia de útero que imposibilita totalmente un embarazo. Todas ellas son factibles de diagnosticar y se encuentra la causa durante el estudio de la menarquía tardía que se debe llevar a cabo a los 16 años si para entonces aún no ha bajado la primera regla.
En otros casos la exploración de los genitales es normal y es posible provocar una regla con tratamiento médico. En estos casos el pronóstico de la fertilidad de la mujer es muy variable y depende sobre todo de cómo se tengan los niveles de FSH, una hormona que se analiza siempre en el estudio básico de esterilidad.
Cuando se encuentra muy elevada obedece a una ausencia de funcionamiento de los ovarios, a veces por un problema cromosómico. Tales casos, sí pueden asimilarse a lo que es una menopausia precoz y requerirán habitualmente de la donación de ovocitos para conseguir un embarazo.
Por el contrario, cuando los niveles de FSH son bajos suele tratarse de un problema a nivel cerebral que no consigue enviar al ovario las órdenes adecuadas para producir la ovulación. Estos casos suelen tener los ovarios normales y como en la actualidad tenemos los fármacos adecuados para proporcionar nosotros esas órdenes al ovario, el tratamiento de la esterilidad suele ser sencillo y muy eficaz.