Índice de contenido
¿Te has preguntado por qué, después de tanto esfuerzo, tu embrión no se ha implantado, incluso siendo de buena calidad? Sabemos lo difícil que puede ser enfrentarse a un fallo de implantación, especialmente cuando todo parecía ir bien.
El hecho de que no todos los embriones consigan implantarse demuestra que este es un proceso complejo en el que influyen aspectos biológicos, inmunológicos, y otros factores que enseguida te vamos a explicar.
Queremos ayudarte a entender por qué en reproducción asistida no solo es importante conseguir un embrión sano, sino que también hay que crear un ambiente uterino adecuado, y tener en cuenta otros importantes factores y detalles que pueden influir en este delicado proceso.
¿Qué es la implantación?
La implantación es el proceso mediante el cual un embrión se adhiere al endometrio para iniciar su desarrollo. Este evento ocurre generalmente entre el quinto y séptimo día después de la fecundación, cuando el embrión ha alcanzado la etapa de blastocisto. La implantación es el inicio del embarazo, ya que es el primer paso en la formación de la vesícula gestacional y de la futura placenta, que nutrirá al embrión durante toda la gestación.
También en este momento de la implantación empezará la síntesis de la hormona beta-hCG que será detectada unos días después en sangre u orina.
¿Por qué la implantación es un proceso tan complejo?
La implantación no implica solo que el embrión se «adhiera» al útero. Detrás hay muchos factores que debemos tener en cuenta y controlar, ya que pueden influir en el resultado.
Para que se produzca la implantación embrionaria es necesario crear el ambiente uterino adecuado, donde el endometrio y el embrión puedan interactuar en perfecta sincronía.
La implantación, por tanto, no es solo una cuestión de adhesión; sino que requiere una comunicación molecular precisa en la que el embrión envía señales químicas al endometrio, preparándolo para la adhesión, mientras que el endometrio responde produciendo proteínas y otros factores que facilitan este proceso.
De este modo llega el momento crítico, que se conoce como la «ventana de implantación«, y que suele ocurrir entre los días 19 y 21 del ciclo menstrual en general. Durante este periodo, el blastocisto debe estar listo para adherirse al endometrio, que se encuentra en su etapa de máxima receptividad.
Pero, además, es necesario propiciar un ambiente inmunológico equilibrado. Es decir, el sistema inmunológico de la madre debe estar en equilibrio para permitir que el embrión se implante sin ser rechazado en un proceso conocido como tolerancia inmunológica.
Fases de la implantación
Para comprender la complejidad de este proceso, conviene entender las diferentes fases en las que se divide:
- Eclosión y precontacto: el embrión comienza a eclosionar en torno a los días 5 y 6 de desarrollo hasta que se desprende de su zona pelúcida, que es la membrana externa proteica que lo protege durante sus primeros días tras la fecundación. Cuando se ha desprendido de esta zona pelúcida comienza a interactuar con el endometrio.
- Aposición: el embrión se posiciona sobre el tejido endometrial, orientando su masa celular interna hacia el endometrio para permitir la formación de la futura placenta.
- Adhesión: el trofoectodermo del blastocisto se adhiere al epitelio endometrial mediante moléculas de adhesión, consolidando su unión al útero. Esto sucede 7 días después de la fecundación.
- Invasión: finalmente, el blastocisto prolifera hacia el endometrio, invadiendo el tejido y estableciendo contacto con la sangre materna, lo que permite el inicio del intercambio de nutrientes esenciales para el desarrollo del embrión.
Esta etapa de invasión está controlada por las citoquinas, que son unas moléculas que actúan como mediadores de la implantación y permiten este diálogo químico entre el embrión y el endometrio.
Otros factores que determinan la implantación del embrión
También hay que considerar otros factores importantes que deben darse para que tenga lugar la implantación del embrión y, con ello, se consiga el embarazo:
Factores relacionados con el embrión
La calidad del embrión es un factor clave para la implantación. Al realizar un tratamiento FIV podemos conocer la calidad embrionaria e incluso podemos realizar un Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP o PGT), para así seleccionar embriones libres de posibles trastornos genéticos y/o cromosómicos antes de la transferencia.
Para que un embrión pueda unirse al endometrio, es necesario que se encuentre en la etapa de blastocisto, que corresponde al día 5 o 6 de su desarrollo. En este punto, el embrión cuenta con entre 200 y 400 células y está formado por dos partes bien diferenciadas: la masa celular interna, que dará lugar al feto, y el trofoectodermo, que formará la placenta y otros anexos embrionarios.
Otro factor esencial para la implantación es que el blastocisto se haya desprendido de su zona pelúcida y haya alcanzado su grado máximo de expansión, conocido como blastocisto eclosionado.
Factores relacionados con el endometrio
El endometrio es la capa más interna del útero que se renueva en cada ciclo menstrual para prepararse para la implantación del embrión. Para que esto ocurra, el endometrio debe encontrarse en un estado receptivo e idealmente con un grosor entre 7 y 12 mm. Además, es crucial que se expresen ciertas moléculas en el útero, como citoquinas, integrinas, y factores de crecimiento, que facilitan el diálogo molecular entre el embrión y el endometrio.
En Tambre disponemos del test de receptividad endometrial que nos permite conocer si el endometrio se encuentra en un estado óptimo para la transferencia. Esta valiosa información puede ser de utilidad a la hora de organizar la transferencia de forma personalizada.
Por un lado, el test ES-TIME aporta información sobre la ventana de implantación y la fase en la que se encuentra el endometrio. Por otro lado, ES-META (Microbiome Endometrial Typing Analysis) nos informa sobre si existen o no patógenos (bacterias, virus, hongos) en el endometrio que pueden impedir la implantación del embrión. Este estudio también revela la proporción de lactobacillus beneficiosos que conforman la microbiota. De este modo, podemos determinar si la composición del microbioma del endometrio es favorable o puede estar interfiriendo en la fertilidad.
Anomalías uterinas
Otro factor que influye en el proceso de implantación del embrión es la presencia de problemas en la cavidad uterina como los pólipos o miomas submucosos, adenomiosis (tejido endometrial que se desarrolla en la pared muscular del útero), malformaciones uterinas (útero en T, septos uterinos …). Todos estos factores pueden dificultar la implantación del embrión y, por tanto, debemos tratar de resolverlos antes de llevar a cabo la transferencia embrionaria.
Alteraciones hormonales
Otro aspecto que debemos controlar son las fluctuaciones hormonales, ya que, si se dan niveles anormales de progesterona o de estrógenos, estos pueden afectar a las posibilidades de implantación del embrión.
Incompatibilidad inmunológica
El embrión es un cuerpo extraño para el organismo de la madre, ya que presenta antígenos que proceden del padre y de la propia madre. El sistema inmune de la madre debe “tolerar” al embrión, a pesar de reconocerlo como ajeno, pero si rechaza al embrión, este puede ser uno de los motivos por el que el embrión no pueda implantarse. En Clínica Tambre contamos con el genotipado KIR y HLA-C. Dependiendo de los resultados del este test de compatibilidad inmunológica entre la madre y el embrión, podemos plantear diferentes medidas para lograr el embarazo y reducir el riesgo de abortos de repetición o de determinados problemas durante el embarazo relacionados con esta incompatibilidad inmunológica.
Problemas de coagulación sanguínea
Otro de los motivos por los que un embrión puede no implantar son los trastornos de la coagulación, como el síndrome antifosfolípido, que puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos en el útero, lo cual dificulta la implantación y se asocia a abortos de repetición.
Estudio y diagnóstico de los fallos de implantación
Como ves, aunque a simple vista puede parecer sencillo que un embrión se implante en el endometrio, lo cierto es que este proceso es de gran complejidad y depende no solo de la calidad del embrión, sino también de la sincronización perfecta entre el embrión y el endometrio, un buen equilibrio del sistema inmune, y otros factores como la morfología uterina y al ambiente endometrial adecuado.
Precisamente, un reciente estudio de Clínica Tambre publicado en la revista científica The Journal of Reproduction aborda el papel del endometrio en el proceso de implantación del embrión.
Comprender este proceso es fundamental para poder estudiar y diagnosticar la causa por la que un embrión no implanta. En Clínica Tambre, contamos con tecnología avanzada para el diagnóstico y tratamiento de los factores que están detrás de los fallos de implantación. Nuestra atención y tratamientos son personalizados e integrales, tenemos en cuenta cada detalle en los diferentes procesos de la reproducción asistida, con el fin de maximizar las posibilidades de lograr un embarazo saludable.
El hecho de haber sufrido un fallo de implantación no tiene por qué suponer el fin de la búsqueda de tu bebé. Date una nueva oportunidad y descubre cómo en Clínica Tambre podemos ayudarte de la mano de la última tecnología y un equipo especializado en casos complejos de reproducción asistida.