Índice de contenido
El laboratorio de fecundación in vitro (FIV) es el corazón de Tambre. Y el cuidado de todo lo que se hace en él es extremo. De ahí que los sistemas de seguridad y trazabilidad, así como el control del ambiente del laboratorio FIV, son aspectos fundamentales.
Por un lado, porque nuestras pacientes tienen la certeza de que su material genético está identificando de forma segura y precisa; y por otro lado, para asegurar que los óvulos, los espermatozoides y los embriones se encuentran en óptimas condiciones, lo cual incrementa las tasas de éxito de los tratamientos de reproducción asistida.
En Tambre fuimos pioneros en la implantación del Sistema Witness en 2008, un método de vigilancia y seguridad en el laboratorio FIV y en el laboratorio de Andrología, que permite seguir la trazabilidad de todo el material biológico de nuestros pacientes: óvulos, espermatozoides y embriones. A día de hoy, este tipo de sistemas de trazabilidad no son de obligado cumplimiento en España, por lo que aún son muchas las clínicas de reproducción asistida que no cuentan con un sistema de control similar. En Tambre nuestros pacientes son la prioridad, por eso contamos en nuestros día a día con sistemas que ofrecen seguridad absoluta y total tranquilidad.
Un sistema de seguridad a prueba de fallos
La implementación de un sistema objetivo y seguro de control en el laboratorio nos permite evitar la posible confusión que se pueda producir durante la manipulación del material biológico de nuestros pacientes.
El Sistema Witness utiliza la identificación por radiofrecuencia. Todas las superficies de trabajo del laboratorio y las salas de la clínica involucradas en el proceso (laboratorio FIV, laboratorio de andrología, quirófanos) poseen lectores de radiofrecuencia que permiten identificar en todo momento a la paciente, así como los tubos o placas donde vamos a cultivar sus gametos, embriones, etc.
El protocolo que seguimos en Tambre
1. Antes de la punción ovárica, o de una inseminación artificial, entregamos a nuestras pacientes una tarjeta identificativa en la cual se recogen los nombres de la paciente y su pareja, si la hay, fechas de nacimiento y otros datos básicos que utilizaremos para la verificación de esos pacientes durante todo el proceso. A la entrada del quirófano para realizar la punción ovárica, la paciente tendrá que introducir esa tarjeta en el codificador. De este modo, al laboratorio le llega la información con la identificación de la paciente que está en el quirófano. Al mismo tiempo, la enfermera confirma el nombre y apellidos de la paciente justo antes de la entrega al laboratorio del primer tubo con las muestras biológicas. Digamos, por tanto, que se realiza una doble comprobación o doble check, ya que la identificación se hace tanto por parte del sistema como del personal de la clínica.
2. Tras la punción, y ya dentro del laboratorio, en cada cabina en la que trabajan nuestros embriólogos también hay un codificador que lee por radiofrecuencia la pegatina de la placa en la que vamos a depositar los ovocitos. De este modo identifica automáticamente a la paciente. Además de la pegatina de identificación, en el laboratorio también inscribimos en la placa manualmente el nombre de la paciente. Cualquier placa que entre en la cabina se va a codificar con el nombre de la paciente. Y si acercamos cualquier otra plancha o tubo que pertenezca a otra paciente, el sistema alerta mediante sonoros pitidos y luces para advertir que cerca hay un material biológico que no pertenece a la paciente. Durante todo el proceso se utilizan diferentes placas. Cada vez que se utiliza una nueva se codifica con el nombre de la paciente. Al mismo tiempo, durante todo el proceso, el sistema de seguridad en el laboratorio FIV va identificando qué persona hace cada técnica, cuánto tiempo tarda, quién manipula cada placa… en definitiva, registra toda la trazabilidad de los embriones y material biológico.
3. Muestra seminal. En el caso de contar con una muestra de semen, el proceso es similar, ya que el tubo con la muestra se identifica con el nombre del paciente y de su pareja.
4. Si hay donación, también se codifican los datos y se realiza un control para saber qué paciente ha recibido los gametos de una determinada donante.
5. Vitrificación. Al final del cultivo, cuando ya tenemos el blastocisto que vamos a congelar, identificamos la pajuela con un código de barras en el que volcamos información de la paciente y otros detalles sobre el número de embriones, número de ovocitos, etc. De tal manera que, cuando llega el momento de descongelar gametos, extraemos la pajuela del tanque de nitrógeno en el que se ha conservado, y leemos el código de barras para conocer y confirmar qué material hay guardado ahí y a quién pertenece. Con lo cual, no existe riesgo de error.
6. Transferencia. En el momento de la transferencia, el proceso es similar. La paciente debe pasar la tarjeta identificativa a la entrada del quirófano y en ese momento el sistema identifica a la paciente y comprueba su coincidencia con las placas del laboratorio. A su vez, la enfermera y ginecóloga confirman los datos de la paciente antes de llevar a cabo la transferencia de embriones.
¿Tienes dudas?
En Tambre cuidamos todos los aspectos esenciales de los tratamientos que realizamos en la clínica y velamos por la seguridad, porque lo que es importante para ti también lo es para nosotros. La aplicación de estos sistemas aporta un mayor grado de tranquilidad y confianza.
Estamos a tu disposición si tienes dudas sobre la trazabilidad y seguridad en el laboratorio FIV o quieres más información sobre los tratamientos que desarrollamos nuestra clínica de Madrid, contacta con nosotros y pide ahora tu primera cita en el 91 411 61 11.