La relación entre el trabajo y la reproducción es en muchas ocasiones un tema controvertido. Nuestra actividad laboral ocupa gran parte de nuestras vidas, así que influirá de forma determinante en muchos aspectos de nuestra salud y esto, por supuesto, incluye nuestra salud reproductiva.
Precisamente, la Clínica Tambre ha participado en la ‘Guía de Cuidados de Enfermería de la SEF’ con un artículo sobre trabajo y reproducción del que destacamos lo siguiente:
Para empezar, en muchos casos, la paternidad se pospone hasta tener una estabilidad laboral o haber alcanzado ciertas metas profesionales. Es entonces cuando aparecen problemas de fertilidad derivados de una edad avanzada.
Desde el punto de vista científico es complicado definir exactamente los efectos adversos que ciertos agentes físicos, químicos, biológicos o psicológicos como el estrés producen sobre nuestro organismo a nivel reproductivo. Existen pocos estudios al respecto y muchos de ellos se limitan a grupos muy reducidos de trabajadores, por lo que tienen poca evidencia científica. Algunas de las posibles manifestaciones de la exposición a agentes tóxicos o agentes nocivos para la reproducción pueden ser atribuidas a muchas otras causas. En el caso de la mujer pueden ser los desórdenes menstruales y, en el del varón, de la disminución de la libido o de la potencia sexual. En todos ellos existe una gran influencia psicogenética y faltan medidas objetivas de evaluación.
Otro de los problemas que se plantea es la aplicación de políticas restrictivas por parte de las empresas y que afectan fundamentalmente a la mujer. En ocasiones, estas políticas tienen como consecuencia que la mujer se vea obligada a elegir entre su fertilidad y su medio de vida. Hay que tener en cuenta que las restricciones a la mujer en determinados puestos de trabajo pueden forzar a la trabajadora a optar por la contracepción.
Estas situaciones, aunque siguen produciéndose, son cada vez menos frecuentes. Por un lado, se ha cambiado el concepto que entendía la preservación de la salud reproductiva como el cuidado de la mujer durante la gestación, entendiendo que los riesgos sobre la salud reproductiva se producen antes, durante y después del embarazo y que, tanto hombres como mujeres, pueden verse afectados por tóxicos reproductivos. Por otro lado, la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo para la igualdad efectiva de hombres y mujeres ha jugado un importante papel de arbitraje que ha contribuido a evitar políticas restrictivas hacia la mujer.
También es importante destacar que las políticas de prevención requieren por parte del equipo de salud de la empresa del conocimiento de la situación reproductiva de los trabajadores, lo que conlleva una pérdida clara de privacidad de los mismos, que puede traducirse en la pérdida de libertad de elección reproductiva por su parte. De este modo, la tendencia actual en materia de prevención de riesgos es la de controlar la exposición a sustancias nocivas en el trabajo procurando que sean limpios y saludables, así como educar a los trabajadores expuestos a sustancias nocivas para que conozcan los riesgos y sepan utilizar adecuadamente los equipos de protección personales. Todas estas políticas de prevención están dirigidas tanto a hombres como a mujeres.
Marta Rodríguez García, responsable de Enfermería de la Clínica Tambre.
Coautora de El Trabajo y la Reproducción. En Guía de Cuidados de Enfermería. Madrid: SEF, 2015, p.35-46.