La vitrificación de ovocitos u óvulos es una técnica que permite preservar la fertilidad de la mujer que por motivos sociales desea diferir la maternidad o que debido a enfermedades como el cáncer y su tratamiento que pueden afectar a la función del ovario, necesitan de una herramienta segura y con garantías para poder preservar su fertilidad de cara al futuro.
La vitrificación de ovocitos consiste en una estimulación del ovario de manera que podamos obtener un buen número de óvulos para luego congelarlos en el laboratorio. De esta manera, los óvulos mantienen sus características del momento de la congelación y aunque pase el tiempo, éstas no varían. La estimulación ovárica implica una medicación que se administra de manera domiciliaria y subcutánea durante 8-10 días. Durante el proceso se realizan ecografías para valorar la respuesta del ovario y poder así ajustar la medicación. Una vez acabado el tratamiento, mediante punción a través de la vagina, y con sedación, se obtienen los ovocitos que gracias a avanzadas técnicas de laboratorio, se vitrifican para el futuro.
En principio, cualquier mujer puede someterse a un tratamiento de vitrificación de ovocitos. Los casos más frecuentes son el deseo de retrasar la maternidad por motivos laborales o por ausencia de pareja así como mujeres que van a someterse a tratamientos bien oncológicos o no que han demostrado toxicidad sobre el ovario. Cada vez son más las pacientes con indicación de cirugías sobre el ovario que pueden disminuir la reserva del mismo y que también pueden beneficiarse de la vitrificación de ovocitos.
Dependiendo de la reserva del ovario, en determinadas ocasiones y si el factor tiempo lo permite, puede ser necesario hacer más de un ciclo para obtener un número adecuado de ovocitos. Esto ocurre con más frecuencia en mujeres de mayor edad, por eso es recomendable realizar el tratamiento lo antes posible.
Cuando la mujer decida utilizar sus ovocitos vitrificados para fecundarlos, simplemente debe hacer un tratamiento de preparación de su útero para poder transferir los embriones generados bien en ciclo natural (sin medicación, siempre que sea posible según el ciclo menstrual y el funcionamiento ovárico) o con tratamiento hormonal. Con las técnicas actuales, la tasa de supervivencia tras la desvitrificación se sitúa en torno al 95%. Tras ella, se procede a la fecundación de lo ovocitos con semen de la pareja o de donante para la obtención de embriones que puedan ser transferidos al útero y dar lugar a un embarazo.
En España hay amplia experiencia con estas técnicas y cada vez es más demandada entre las mujeres y más conocida entre el resto de profesiones de la salud que empiezan a preocuparse de la preservación de la fertilidad de las mujeres como una parte más que tener en cuenta dentro de la enfermedad. Aún así, el desconocimiento sigue existiendo y es labor de todos los que nos dedicamos a la Ginecología, informar a todas nuestras pacientes, de la posibilidad que tienen de cara al futuro por ser una técnica sencilla, segura y con garantías de futuro.
Dra. Esther Marbán Bermejo
Ginecóloga en Clínica Tambre