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El momento en el que todo era imposible
La historia de Ignacia e Israel es un bonito testimonio de perseverancia con final feliz, cuyos protagonistas nos demuestran que cuando se desea algo, por muchas puertas que se cierren, siempre hay una ventana que se abre. Esta pareja todavía recuerda los difíciles momentos que atravesaron cuando en los dos hospitales que visitaron en un principio les explicaron que no iban a poder ser padres. “Me dijeron que era imposible”, comenta Ignacia.
Su llegada a Clínica Tambre
Cuando ya estaban pensando en darse por vencidos, optaron por pedir una segunda opinión en Clínica Tambre. La Dra. Laura García de Miguel les devolvió la esperanza y la posibilidad de tener al bebé que tanto estaban esperando. Después de realizar una serie de pruebas, el equipo médico le brindó a esta pareja la primera respuesta alentadora de toda su vivencia con la reproducción asistida. Israel explica que en los sitios que habían planteado como primera opción ni siquiera les habían sugerido la biopsia testicular (TESA) más FIV, que fue lo que finalmente les recomendó su doctora en Tambre.
Como ocurre habitualmente al inicio de un tratamiento así, Ignacia e Israel tuvieron muchas dudas. Sin embargo, la profesionalidad y el optimismo que les transmitió su doctora causaron que nos eligiesen para acompañarles en el proyecto más bonito de sus vidas. Al preguntarles por su relación con la Dra. Laura García de Miguel y el equipo médico de Tambre, Ignacia dice: “Para mí, son familia”. Ella tiene claro que la clínica ha superado sus expectativas, no solo por lograr el embarazo que tanto estaba buscando sino por la motivación y calor humano que ha recibido.
La felicidad de una nueva etapa: el embarazo
Con las emociones a flor de piel, Ignacia explica lo conmovedor que es pasar de creer que no vas a poder tener familia a sentir las patadas de tu bebé. Esta pareja opina que la reproducción asistida sigue siendo un tema tabú y que a las personas les cuesta mucho hablar sobre ello. “Fuera miedos y fuera complejos” es el lema que Ignacia e Israel quieren transmitir a quienes desean ser padres y no se lanzan a explorar sus opciones. En esas situaciones lo más sano es abrirse, pedir ayuda y dejarse llevar. “A mí no me importa contar lo que hemos vivido, porque realmente puedo ayudar a gente”, sostiene Ignacia.