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Ina e Isra, unos de los embajadores más queridos de Tambre, han vuelto a visitar la clínica junto a un Enzo que está visiblemente crecido. Después de haber vivido sus primeros meses como padres, se han sentado en nuestro ya conocido sofá rosa y han compartido de nuevo la experiencia que vivieron a nuestro lado. Mirando atrás en el tiempo, Israel nos dice sonriente: “El resultado está aquí”. Contentos y emocionados cuentan que la clave de todo es no perder nunca la esperanza y no bajar los brazos nunca.
Empezar esta aventura es más fácil juntos
Nos confiesan que al principio, cuando fueron conscientes de su dificultad para concebir, fue todo muy complicado. No obstante, haciendo uso del positivismo que les caracteriza, estuvieron en búsqueda constante de soluciones. Tras pasar por la Seguridad Social, visitaron varias clínicas y al final escogieron Tambre. Su principal miedo era “O te venden la moto o te quitan la ilusión”, comenta Ina. Por suerte, esa preocupación se disipó cuando tuvimos la suerte de conocerlos.
Desde el principio, con nosotros sintieron que tenían todas las puertas abiertas, ya que, aunque inicialmente tenían una serie de dudas y preocupaciones totalmente naturales en un proceso como este, nuestro equipo las resolvió todas desde el primer momento. Durante sus primeros días en Tambre, Ina venía acompañada de su hermana y recuerda que ambas sintieron que era un lugar con “mogollón de posibilidades”. Su vínculo va más allá del simple tratamiento, como dijo al comenzar esta aventura con nosotros: “Para mí, son familia”.
Nuestro equipo médico estuvo a su lado en todo momento, informándoles y asesorándoles sobre la mejor manera de afrontar la situación. Su doctora, Laura García de Miguel estudió su caso en común con el Dr. Ricardo García Navas, urólogo del centro, con el fin de encontrar el tratamiento idóneo para su diagnóstico, la oligoastenoteratozoospermia, una alteración de la calidad seminal donde la concentración, la movilidad y la morfología de los espermatozoides se ven afectadas. De esta forma, la opción más adecuada era realizarle a Isra una biopsia testicular (TESA), que consiste en obtener espermatozoides directamente del testículo y utilizarlos posteriormente para fertilizar el óvulo, como en cualquier otro proceso de Fecundación in Vitro.
La paternidad, un nuevo reto
Después de la primera parte del proceso empezaron su camino en la paternidad. En cuanto a su experiencia como padres, nos cuentan que este año ha sido un poco duro. Al tercer día de guardería, el pequeño Enzo tuvo que dejarla por la situación sanitaria. Isra comenta que: “la situación no sabíamos hacia dónde va a ir, pero dentro de lo malo estábamos en casa disfrutando los dos con él”. Isra dice que ahora Enzo está muy contento por poder estar con el resto de los niños en el parque: “está como loco por jugar”. Poco a poco la situación ha mejorado y ha podido volver a la guardería, disfrutando al máximo de su infancia.
Debido a las restricciones a las que todos nos hemos tenido que adaptar y a su deseo de ser cautos, no pudieron juntarse con su familia y amigos como les hubiera gustado y compartir con ellos los primeros meses de su hijo. Sin embargo, dicen que poco a poco va mejorando todo y la verdad, ¡es que no se les puede ver más felices!.
Ina e Isra vuelven a Tambre con mucha ilusión y con algún que otro plan de futuro…
Sobre la situación que nace del COVID-19 y la vuelta a la normalidad, la pareja expresa que se han sentido muy tranquilos visitando la clínica. Creen que los controles de temperatura, las citas previas y el control de aforo son una ayuda y una garantía para dar seguridad a los pacientes y trabajadores (aunque tal y como dice Ina a carcajadas, a nuestro equipo se le caía tanto la baba con Enzo, ¡que casi se nos olvida ponerles el termómetro!). “Teníamos muchas ganas de venir…nos hubiera gustado hacerlo en su cumpleaños, pero decidimos esperar por la situación actual”, confiesan.
Ina e Isra nos han contado emocionados que se están planteando darle un hermanito a Enzo y que si la situación sanitaria no empeora, probablemente lo hagan más pronto que tarde. Su nueva visita nos ha alegrado a todos, ya que, como siempre, nos ayudan a ver que todo ese esfuerzo y trabajo que nuestro equipo hace día tras día para cumplir el sueño de miles de pacientes, merece la pena.
Nosotros, como de costumbre, nos quedamos con una de las frases de Ina: “Hay que seguir adelante, que nada ni nadie nos estropee nuestros sueños.”