Cumplir años tiene sus ventajas. Tus vivencias, tus recuerdos, todo lo que has sentido y experimentado te hacen una mujer más sabia y, por tanto, más preparada para disfrutar de la vida y para hacer frente a cualquier imprevisto. La edad también implica tener un criterio más definido y coherente en nuestras relaciones: familiares, sociales y amorosas. Sin embargo, uno de los mayores enemigos de cumplir años es la fertilidad. Nuestro potencial reproductivo disminuye a medida que envejecemos. Tanto si somos hombres como mujeres. Bien es cierto que la trascendencia de esta cuestión en la mujer es mucho mayor que en el hombre.
Joyce Harper, profesora del Instituto de Salud de la Mujer en el University College London, explica cómo declina la fertilidad de la mujer con la edad en este vídeo. “Es un hecho, la cantidad de los óvulos de una mujer declina con la edad. Cuando somos un feto, tenemos millones de óvulos y, al nacer, muchos de esto óvulos mueren. Nacemos con 1 o 2 millones de óvulos. Cuando llegamos a la pubertad, empieza el declive y quedamos con 300.000 a 500.000. Cada vez que ovulamos, perdemos un óvulo u, ocasionalmente, dos. En cada ovulación, miles mueren. Y cuando llegamos a la menopausia, que la edad media es 51, no hay óvulos”, indica la profesora Harper.
Pero lo verdaderamente preocupante es que la cantidad de óvulos sufre un declive importante después de los 30 años. “Esta cuestión es realmente importante a los 37 años. A esa edad, la cantidad de óvulos declina drásticamente”, explica Joyce Harper. Además de la cantidad, la calidad de esos óvulos también se ve afectada. La doctora Harper comenta que esta calidad repercute en nuestras posibilidades de tener un bebé sano.
El declive de la fertilidad en España: retos y soluciones
Son muchas las razones que llevan a la mujer a tener hijos cada vez más tarde. En España, la edad media de la mujer que tiene un primer parto es de 31 años. A esta edad, la esterilidad es 6 veces más alta que a los 20. Y el declive sigue evolucionando de tal forma que a los 40 años vuelve a duplicarse. Para entenderlo mejor, lo explicaremos de otro modo: cada mes que lo intente, una mujer sana y fértil de 30 años de edad tiene una probabilidad del 20% de quedar embarazada. Eso significa que por cada 100 mujeres fértiles de 30 años de edad que intentan quedar embarazadas en un ciclo, 20 tendrán éxito y las 80 restantes tendrán que intentarlo de nuevo. A la edad de 40 años, la probabilidad de una mujer es inferior al 5% por ciclo; por lo tanto, se espera que menos de 5 de cada 100 mujeres tengan éxito cada mes.
Para prevenir la problemática de no poder tener hijos debido al declive de la fertilidad, la ciencia ha hecho posible que congelemos células reproductivas. Tanto óvulos como espermatozoides se pueden conservar inalterados en el tiempo hasta que decidimos utilizarlos. Los ovocitos maduros que se extraen del ovario se depositan en baños de sacarosa mediante un proceso en el que se absorbe el agua de la célula. Inmediatamente se sustituye esta sacarosa por un crioprotector especialmente formulado. En cuestión de segundos, cada óvulo se encontrará a -196 grados, perfectamente estabilizado, y con todos sus componentes intactos. Cuando necesitemos ese óvulo, lo descongelaremos siguiendo el proceso inverso.