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Andrés y su mamá Elisa, comparten con nosotros su experiencia en tratamiento FIV
La perseverancia de Elisa, mamá soltera del pequeño Andrés, la ha llevado cumplir su deseo de ser madre. Hace ya 13 meses que su pequeño y ella comparten vida y felicidad, y todo gracias a haber confiado en Clínica Tambre y en su equipo médico profesional para llevar a cabo su tratamiento de Fecundación in Vitro.
Cuando le proponemos a Elisa que aconseje a otras futuras mamás a que sigan sus pasos y se decidan a poner toda la carne en el asador para cumplir su meta de ser madres, muy prudentemente las invita a “tomárselo con mucha paciencia y a no dejar nunca de intentarlo”. Nos confirma que es un camino lleno de dudas, incertidumbre y muchos cambios, pero repleto de esperanza e ilusión.
En su caso, nos conoció a través de personas muy cercanas a ella que ya se habían sometido con éxito a tratamientos de fecundación en Clínica Tambre. Ello, junto al ambiente cercano y familiar que confiesa que se respira en nuestras instalaciones, hizo que la decisión fuera muy fácil de tomar y no dudara en formar parte de nuestra gran familia. Pero eso sí, lo que le hizo definitivamente apostar por nosotros, fue la rápida conexión que sintió con la doctora Esther Marbán, ginecóloga y experta en maternidad, quien la ha acompañado de principio a fin en este proceso, y con quien mantiene una buena amistad.
“A mis 36 años congelé mis óvulos, y ahí empezó todo”. Su historia se remonta unos años atrás, cuando decidió que todavía no era el momento de dar el gran paso por muchos motivos y circunstancias personales de su vida, pero si algo tenía claro, es que en algún momento iba a traer un bebé al mundo. Por ello, no dudó en someterse al tratamiento de preservación de la fertilidad congelando sus óvulos, lo que los mantuvo con la mejor calidad y le permitió decidir cómo y cuándo ser madre por fin.
Positividad, energía, y paciencia son los ingredientes que hicieron que, un tiempo después, nuestra entrevistada pueda tener la satisfacción de tener a su niño entre sus brazos. “Hay que estar muy convencida de lo que se está haciendo, ya que requiere mucho tiempo y conlleva un gran desgaste emocional, pero sin duda, vale la pena. Estoy muy contenta de haber luchado y haber sido tan cabezota. Hubiera seguido intentándolo de cualquiera de las maneras”.
Entre lágrimas de emoción y recordando lo duro de todo este proceso, también tiene un momento para evocar el momento que más alegría le produce “fue cuando encontraron el latido de Andrés”. Una de las cosas que recuerda Elisa con más cariño es que la doctora Marbán estaba tan contenta como ella, y la ilusión compartida le dio mucha fuerza haciendo de ese momento un instante inolvidable para ella.
Andrés y su mamá, son un modelo a seguir para nosotros y demuestran que en Clínica Tambre, los deseos pueden cumplirse por altas que sean las metas. Los últimos avances en tecnología en cuanto a tratamientos de fertilidad, la condición transdisciplinar de nuestro gran equipo, unido a la calidad humana, la dedicación y la empatía hacia nuestros pacientes, demuestran que algo tan personal como la maternidad, puede darse lugar con éxito.