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“Los genes no son lo que hacen a un niño feliz”
Después de dos intentos de embarazo con sus propios óvulos, Cheryl entendió que era altamente improbable tener descendencia de ese modo. Para ella y su pareja fue una noticia complicada de digerir pero no estaban dispuestos a renunciar a su sueño de formar una familia. Su doctor fue el que los animó a visitar Clínica Tambre y poder así explorar sus posibilidades.
Su experiencia con Clínica Tambre
Cheryl afirma que la primera vez que su novio y ella estuvieron en Clínica Tambre se sintieron como en casa, que el equipo médico les expuso todas las opciones que tenían, les resolvió todas las dudas que les habían surgido hasta el momento y les brindó todo el tiempo que fue necesario. “Nos quedamos extremadamente impresionados con cómo nos recibieron”, declara la entrevistada.
Esta pareja, formada por una inglesa y un español, fueron informados con todo detalle en ambos idiomas y se les planteó como solución la donación de óvulos. Como es normal, a los futuros padres les surgen dudas o miedos en torno al tratamiento de fertilidad al que se van a someter. En este caso, a Cheryl le preocupaba que su bebé no fuese a tener sus genes y por tanto, esa mezcolanza anglo-española. Sin embargo, con las explicaciones y apoyo del equipo médico y psicológico, comprendió que lo importante es el cuidado y el amor que reciben esos niños durante su crecimiento. Tal y como dice ella muy convencida: “Los genes no son lo que hacen a un niño feliz”.
“En los momentos en que más ayuda necesitábamos fue cuando más apoyo recibimos”
De esta forma, la pareja comenzó su viaje hacia la paternidad; un proceso, que cual montaña rusa, tuvo sus momentos de alegría y sus situaciones complicadas. Aunque suene muy banal, Cheryl destaca la importancia de haberse sentido como una persona durante todo el tratamiento. No tiene palabras para agradecer la labor de la Dra. Marbán y la Dra. Santiago, quienes se implicaron al máximo y con su comprensión y profesionalidad les acompañaron hasta en los momentos más duros. Cheryl afirma que lo que tenía con ellas era más que una relación médico-paciente. “En los momentos en que más ayuda necesitábamos fue cuando más apoyo recibimos”, dice en su testimonio.
¿Cómo se siente ahora?
Ahora, cuatro meses después de que su hijo, Luca, naciera, no puede estar más feliz. Piensa diariamente en todo lo que ha atravesado para llegar hasta aquí y agradece todo al equipo de la clínica y a la donante el hecho de tener hoy una familia. “Ser madre es una experiencia maravillosa, un sentimiento maravillo, ¡incluso cuando llora!” confiesa entre risas mirando a su bebé.
Lo que esta madre aconseja a todas las personas que quieran crear una familia es que no esperen para empezar su tratamiento, ya que aunque sea un proceso largo, merece muchísimo la pena. Para Cheryl, la elección de la clínica es crucial ya que dice que lo que iba a ocurrir ahí iba a ser parte de su familia y de su vida.
Ella abogó por elegir no solo la que tenía buena reputación sino la que le dictó su instinto. En Clínica Tambre se sintió segura y apoyada. Por último, el consejo que Cheryl quiere compartir con todas aquellas personas que quieran formar una familia es que sigan su sueño, que no se den por vencidos porque aunque la cosa se vuelva dura y difícil, al final se consigue.