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Suman mucho los años que Tambre lleva colaborando con la Universidad Complutense de Madrid con el fin de abogar por una investigación conjunta en diferentes aspectos de Reproducción Asistida que puedan suponer avances en esta ciencia y beneficios para los pacientes que se someten a tratamientos de este tipo.
Hemos hablado con la Dra. Susana Cortés, Directora de los laboratorios de Tambre para que nos traslade las últimas novedades sobre los estudios que se encuentran en curso actualmente.
La relación entre el NLRP3 y la baja reserva ovárica
En estos momentos el laboratorio de Tambre está realizando junto a la UCM diversos estudios sobre el inflamasoma, en concreto sobre el papel crítico del NLRP3 en el control y detección del daño tisular ovárico. Los resultados obtenidos sugieren que el aumento del estrés oxidativo puede inducir un aumento de la expresión y/o actividad tisular ovárica del inflamasoma NLRP3. Esto podría abrir nuevas estrategias terapéuticas para el tratamiento de los trastornos de fertilidad femenina, como la baja reserva ovárica.
La Dra. Cortés afirma que cabe destacar también la influencia del estrés oxidativo (el inflamasoma es una molécula de señalización del mismo), pues puede estimular la inflamación del ovario e inducir un agotamiento gradual de los folículos ováricos, así como generar ovocitos de mala calidad. El inflamasoma desencadena la activación de la ruta de las caspasas. La caspasa-1 activada juega un papel fundamental en el procesamiento proteolítico y, por lo tanto, en la maduración de los precursores de citoquinas de IL-1b e IL-18 (1). “Dentro de los mecanismos implicados en estos procesos está la “piroptosis”, que es un proceso fuertemente regulado por los inflamasomas, dando lugar a la activación de lo que se conoce como vía de las caspasas y por lo tanto, a una muerte celular programada”, explica la Directora de Laboratorios de Tambre. El NLRP3, cuya activación induce cambios conformacionales que permiten el reclutamiento de una proteína ASC adaptadora, que a su vez interactúa con la procaspasa-1 inactiva. Finalmente, la caspasa-1 activada es responsable de madurar pro-IL-1 y pro-IL-18 para obtener formas biológicamente activas. La IL-1 contribuye al desarrollo y mantenimiento de la respuesta inflamatoria. Paralelamente a este proceso, y como consecuencia de la activación de la caspasa, puede inducir la apoptosis.
¿Qué implicaciones puede tener esto en los tratamientos en reproducción asistida?
Con los estudios que se están realizando conjuntamente la Clínica Tambre con la Facultad de Medicina de la UCM, liderada por el Profesor Jesús A. Tresguerres (Catedrático de Fisiología y Endocrinología Experimental) y la Profesora Elena Vara (Catedrática de Bioquímica y Biología molecular), se está aportando nueva información sobre los mecanismos de activación de estos procesos. “Asimismo, sabemos más sobre los mecanismos de acción que nosotros como profesionales podemos ejercer a fin de minimizar estos procesos y poder ofrecer a nuestras pacientes en un futuro nuevos y mejores tratamientos en mujeres con patologías asociadas muchas veces a la baja respuesta ovárica”, concluye Cortés.