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España es uno de los países que más eligen los pacientes internacionales para llevar a cabo su tratamiento de reproducción asistida. El conocido periódico francés, Le Monde, ha querido plasmar esta realidad su artículo “Les cliniques espagnoles, refuges du « droit » à la maternité” (Las clínicas españolas, refugios del “derecho” a la maternidad).
La autora, Sandrine Morel, afirma que bastantes mujeres francesas tienen en cuenta a nuestro país cuando piensan en congelar sus óvulos o someterse a tratamientos de reproducción asistida, como la fecundación in vitro. Algunas de las razones por las que esto ocurre se han recogido en dos testimonios de pacientes reales de Clínica Tambre. Su CEO, Inge Kormelink ha declarado que el 40% de las personas que acuden al centro son internacionales. Suele tratarse de parejas que han pasado por tratamientos de reproducción asistida que no han dado resultado y que no pueden permitirse esperar dos o tres años para llevar a cabo un proceso de donación de óvulos.
Las historia de Penélope
El primer testimonio es el de Penélope (con el fin de preservar su anonimato, todos los nombres propios se han modificado), de 42 años, que sufrió cáncer de mama. En su momento, no tuvo la opción de congelar sus óvulos antes de la quimioterapia porque su enfermedad era hormonodependiente y eso dificultaba la estimulación ovárica. Tras terminar el tratamiento, su ginecólogo le dijo que tenía pocas posibilidades de quedarse embarazada de forma natural. Fue entonces cuando contempló junto a su marido la opción de la ovodonación.
Desde el inicio descartaron tratarse en Francia por las interminables listas de espera que hay. Intentaron entonces hacerlo en Dinamarca pero al solo poder hablar en inglés con la clínica en cuestión, perdieron el interés. Finalmente, optaron por España y por Tambre, donde valoraron que el personal hablase su idioma.
A partir de allí, fue todo muy rápido. Tal y como explican en Le Monde, en enero vinieron a Madrid para que su marido proporcionase la muestra de semen. En marzo, la clínica le explicó cómo sincronizar su ciclo menstrual con el de la donante y en abril se llevó a cabo la transferencia de embrión. Ahora, Penélope se encuentra disfrutando su embarazo.
La historia de Anne
El otro caso mencionado es el de Anne, de 40 años, cuyo hijo nació en abril. Había estado un tiempo planteándose ser madre soltera pero le surgían dudas que hacían que lo postergase. La legislación actual en Francia no permite que mujeres solteras o parejas de lesbianas tengan acceso a tratamientos de reproducción asistida.
Con la ayuda de la Maia, asociación que recopila información sobre tratamientos de reproducción asistida fuera de Francia, Anne encontró Tambre. Uno de los aspectos que valoró de la regulación de España es que el donante de esperma fuese anónimo. De igual manera, la entrevista que tuvo por Skype con su doctora y una coordinadora fue determinante para su decisión. Así fue como dio el paso y se quedó embarazada a través de inseminación artificial tras el primer intento.
En Clínica Tambre somos conscientes de la importancia de dar visibilidad a este tipo de testimonios reales y agradecemos que medios rigurosos como Le Monde también compartan esa perspectiva.