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“Fueron unos niños muy deseados. Lo volveríamos a hacer una y mil veces más”
Rocío y Agustín son una pareja que ha conseguido crear una de las familias más bonitas que se puedan tener. Son padres de Pilar y Pablo, unos mellizos que llegaron como un regalo a sus vidas y han hecho que se sientan plenos de felicidad.
Tras una larga búsqueda sin éxito durante dos años de ese tercer miembro de la familia, y ante la imposibilidad de hacerlo por sí mismos, Rocío y su marido, como muchas parejas en la actualidad, comenzaron su andadura en la reproducción asistida.
En su caso, no tenían referencias de Clínica Tambre, por lo que investigaron opiniones a través de internet y de las redes sociales y, movidos por los buenos comentarios, optaron por nosotros para comenzar su andadura. Pero, nos confiesan que tenían poca información, la escasa que habían podido localizar por internet, sobre el tratamiento al que se iban a someter.
El camino hacia su meta de ser padres
“Éramos un absoluto mar de dudas” nos confirma esta pareja que llegó a nuestra clínica dispuestos a resolverlas todas, y a afrontar con ilusión la nueva etapa que habían emprendido. La buena impresión que les dio el centro, el trato de nuestro personal y el sentirse como en casa, les hizo escogernos para ser papás con plena confianza.
Lo especial de su caso, es que ella tenía el síndrome de ovarios poliquísticos y su marido una enfermedad genética hereditaria, además de espermatozoides vagos. Por ello se les implementó un tratamiento ICSI + DGP, haciendo un estudio de alteraciones genéticas y cromosómicas, y seleccionando los mejores espermas que serían utilizados en la fecundación de ovocitos.
Tras 3 intentos negativos en su tratamiento, y tras innumerables pruebas, los profesionales les derivaron a la unidad de inmunología donde consiguieron quedarse embarazados al cuarto intento a través de la gammaglobulina.
Si tuvieran que escoger un momento malo, coinciden con el de otras parejas que pasan por nuestras manos, “el momento del primer negativo yo creo que es lo peor, junto con pequeñas cosas que van surgiendo, y dificultaban y alargaban el tratamiento”, nos explica Rocío. Por ello, aconseja a otros pacientes que “la paciencia y la actitud positiva son la clave”, ya que habrá momentos en los que todo se hará muy cuesta arriba.
¡Y por fin llegaron!
A la hora de elegir el mejor momento de todos, están de acuerdo en afirmar, que es cuando “recibes la llamada y te dan la noticia del embarazo”. Y más para ellos, que habían conseguido nada menos, que tener un embarazo gemelar después de tanta lucha. Ellos le suman el instante de la primera ecografía, donde vieron por primera vez a sus dos pequeños y, por supuesto, el día que escucharon los latidos de sus bebés.
A sus 39 años, y después de dos años de lucha en Clínica Tambre, están viviendo el momento más feliz de sus vidas haciendo su sueño realidad y, como no podía ser de otra manera, se sienten orgullosos de haber peleado tantísimo por Pilar y Pablo, que ahora tienen ya 6 años. “Fueron unos niños muy deseados. Lo volveríamos a hacer una y mil veces más.”